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CHELO TUYA
GIJÓN.
Lunes, 23 de abril 2018, 01:20
«Tuvieron que ponerla a las 21 horas del domingo, porque cuando la encontraron el lunes llevaba grabándonos once horas». Ignacio Bombín confiesa que se encuentra «ante la situación más disparatada» que se ha encontrado desde que trabaja en el Ayuntamiento de Gijón. «Tiene que ... ser propia de un demente, porque no se entiende», apostilla. Tal y como adelantó EL COMERCIO, el secretario general de la sección sindical de USO en el Consistorio, así como en Fundaciones y Patronato Municipal acudió el sábado al juzgado de guardia de Gijón a denunciar la aparición «de una grabadora oculta en la cabina de control del Museo del Ferrocarril».
Es un dispositivo digital, de la marca Olympus, encontrado por los efectivos de limpieza. «El lunes es el día de cierre del museo, así que se hace una limpieza más a fondo. En la cabina de control, sobre una estantería, había unos libros y una caja. Al retirarla para quitar el polvo, vieron que tenía agujeros... La curiosidad llevó a abrirla y ahí encontraron la grabadora».
Tras el estupor inicial, decidieron escuchar lo que había grabado. En las once horas reproducidas «solo se oye entrar y salir a los trabajadores. Algunos ruidos. Voces, pero como el domingo el museo cierra a las siete y el lunes no abre, mucho no podía haber recogido tampoco», explicó Ignacio Bombín.
No obstante, aclara el secretario de la sección sindical de USO que «ignoramos cuántas veces la usaron antes de que la encontráramos ni, sobre todo, quién la puso».
Buscar al responsable de su ocultación es lo que pretende el sindicato con su denuncia. «Esperamos que la Policía Judicial nos llame para ratificar la denuncia y descubra quién la ocultó». Recuerda que, antes de acudir al Juzgado, la sección sindical se puso en contacto con el Consistorio. «Pero solo nos dieron largas. Primero, como nosotros, mostraron su sorpresa. Luego nos dijeron que las cámaras de la cabina, que apuntan precisamente a esa estantería, no tenían nada grabado, porque las imágenes de ese día ya estaban borradas. Parecía que no le daban importancia, así que decidimos denunciar».
Para USO, «sí tiene mucha importancia». Los abogados del sindicato indican que «hay una clara vulneración del derecho a la intimidad de los trabajadores, así como el secreto de las comunicaciones». No quiere Bombín elucubrar sobre el autor o los autores, «ya que no tenemos ni idea de cuál puede ser el interés de escuchar las conversaciones de los trabajadores». La única posibilidad que se le ocurre es que «el mes que viene hay elecciones sindicales, pero tampoco tiene ningún sentido grabar nada».
Recuerda, no obstante, que el círculo «es muy estrecho. Para poner esa grabadora en marcha once horas antes tuvo que hacerlo alguien a las 21 horas del domingo. Pocas personas tienen acceso al museo en ese momento».
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