Guardia Civil, en pleno operativo en la calle Menéndez Pelayo, junto al Muro. J. M. PARDO

Golpe de la Guardia Civil contra la explotación de cuidadores de ancianos

Los agentes registraron un local en Menéndez Pelayo y detuvieron al menos a dos personas por un delito contra los trabajadores

Olaya Suárez

Gijón

Viernes, 26 de enero 2024, 00:42

Operaban desde la oficina de Gijón y desde otro local de la empresa en Salamanca, donde tiene su sede social, para facilitar cuidadores de 'personas mayores en pueblos' y personal de limpieza y asistencia a domicilio. Pero lo hacían, según se desprende de las investigaciones realizadas por la Guardia Civil en los últimos meses, contratando a personas en situación irregular. El propietario y al menos una de las empleadas están detenidas por un delito contra los trabajadores. El caso se encuentra bajo secreto de sumario.

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Ayer a primera hora de la mañana los efectivos de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia de la Guardia Civil procedían a realizar de forma simultánea varios registros en Asturias y en Salamanca. En Gijón, la mirada estaba puesta en la oficina que la empresa abrió hace meses en Menéndez Pelayo y también en un piso ubicado en el mismo edificio que servía de vivienda para los acusados.

Durante toda la mañana, con el apoyo de la USESIC de Seguridad Ciudadana, procedían a inspeccionar el negocio desde el que, presuntamente, se cometían las irregularidades con los trabajadores, la inmensa mayoría de ellos extranjeros y en situación irregular en el país. La agencia servía de intermediario entre personas que querían contratar a cuidadores y asistentas del hogar y a empleados en busca de trabajo. En la puerta colgaba un cartel en el que se podía leer: 'Traer currículum por la mañana a partir de las 9 horas y por la tarde desde las 16 horas'.

Denuncia de un particular

La investigación se puso en marcha hace varios meses a raíz de la denuncia de un particular que ponía sobre aviso de las supuestas prácticas ilegales que se llevaban a cabo en el negocio. Las pruebas y vestigios recopilados tanto durante el transcurso de esos trabajos, como durante la fase de explotación llevada a cabo ayer, apuntan en ese sentido. Los responsables de la empresa estarían cometiendo un delito contra los trabajadores.

En el vecindario nadie sospechaba sobre dichas prácticas: «Veíamos que entraba y salía gente, sobre todo mujeres extranjeras, pero nunca dieron ni un problema ni vimos nada raro, de puertas para adentro no sabemos qué pasaría...», comentaba el propietario de un negocio próximo. Las investigaciones continúan abiertas para llegar hasta el fondo del asunto y hacer un balance de los trabajadores que pudieran estar afectados.

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