MARCO MENÉNDEZ
GIJÓN.
Lunes, 20 de junio 2022, 03:02
El éxito de las fiestas de este fin de semana celebradas en Cabueñes, Laviada y Nuevo Roces ha sorprendido hasta a los propios organizadores. Si Florencio Martín, presidente de la asociación vecinal de Laviada, decía que «no soñábamos ni lo más remoto que hubiera ... tanta gente», el responsable de la Comisión de Festejos de Cabueñes, Nacho Moro, indicaba que «las fiestas fueron impresionantes este año». Igualmente de exitosas fueron las actividades realizadas ayer en Nuevo Roces, aunque tenían un cariz diferente, ya que estaban más dirigidas al disfrute familiar.
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Tradicionalmente, las fiestas de Cabueñes atraen a mucha gente joven, pero en esta ocasión las previsiones se quedaron cortas. «La noche del viernes, la Policía tuvo que cortar la carretera nacional de la gente que había. No cabían en el prao de la fiesta. El sábado también estaba lleno el prao. Ha sido impresionante», explicaba Moro, quien dijo que ni siquiera la tormenta de la noche del sábado restó afluencia de público a la fiesta. «La gente se quedó hasta la cuatro de la madrugada, cuando tuvimos que cortar porque era el límite de nuestro horario». Pero es que incluso por las tardes hubo mucha afluencia de público a las fiestas de Cabueñes.
En Laviada, Florencio Martín se mostró más que satisfecho con el resultado de las primeras fiestas que organiza la asociación vecinal. Y es que está convencido de que los gijoneses tienen muchas ganas de fiesta, pero también hay que tener en cuenta que en todos los alrededores hay mucha población joven que quiere disfrutar con sus hijos en unas actividades para toda la familia.
Algo similar ocurrió ayer en Nuevo Roces, con sus fiestas del Ecce-Homo, donde además se aprovechó para entregar la distinción vecindaria a María Arias.
Pero el final de fiestas trajo consigo una mala noticia, como es que el próximo año es más que posible que no haya fiestas en Cabueñes. Así lo aseguró Nacho Moro, quien explicó a EL COMERCIO que «este año el Ayuntamiento acabó conmigo». Se queja de las numerosas trabas que han tenido que salvar. No han tenido subvención municipal, la Universidad de Oviedo les cobró 2.731 por el alquiler del prao de la fiesta y han tenido que subir el seguro de 300.000 a 510.000 euros. «Ya se parte con unas pérdidas muy grandes y somos una sociedad sin ánimo de lucro», indicó. El caso es que Moro lleva 29 años organizando estas fiestas y «quería llegar a los 30, pero ya se acabó. Eso sí, lo dejo con las de Cabueñes como las mejores fiestas de Gijón por la cantidad de gente que viene. No entiendo la postura de la Corporación, quiere acabar con todo y, entre ello, con las fiestas de prao», lamenta.
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