Paneles, cámaras y medidores de contaminación y ruido a la espera de la zona de bajas emisiones en Gijón

Para que en el futuro esa zona de bajas emisiones pueda funcionar, son necesarios distintos sistemas de control y medición que son los que ya se han instalado y que, mientras tanto, podrán utilizarse para ir realizando análisis de datos como las velocidades medias del tráfico o la contaminación acústica y atmosférica en diferentes puntos del barrio. Esta información podría servir además para fijar objetivos a alcanzar en el futuro, cuando ya exista una normativa que permita aplicar restricciones de acceso. En las principales entradas a La Calzada hay ya una veintena de cámaras con reconocimiento de matrícula que, apoyadas en una plataforma digital de gestión, controlarán si los vehículos que acceden a la zona de bajas emisiones están autorizados a hacerlo.

A ellas se suman otras seis cámaras de 360 grados con capacidad para contar vehículos y cuya función será el control de aforos y flujos del tráfico. Toda esta red se integrará en el sistema de circuito cerrado de televisión que controla la Policía Local. En nueve puntos –seis colocados en farolas y tres apoyados en peanas sobre la propia calle– se han instalado paneles que ofrecerán información actualizada sobre el funcionamiento de la zona de bajas emisiones. Y para media la contaminación acústica y ambiental ya hay distribuidos ocho sonómetros y otras tantas pequeñas estaciones de control de la calidad del aire que permiten controlar en tiempo real indicadores como los niveles de monóxido de carbono, dióxido de nitrógeno, ozono, dióxido de azufre y partículas PM10 y PM2,5.