IVÁN VILLAR
GIJÓN.
Martes, 9 de junio 2020, 01:29
La «nueva normalidad» del verano gijonés es poder acceder a las playas urbanas tan solo por un número limitado de escaleras -cinco en San Lorenzo, dos en Poniente y dos en El Arbeyal-, salir por otras tantas, intentar conocer de antemano el grado ... de ocupación de cada zona, acudir a la que recomienden los nuevos acomodadores y tratar de limitar las estancias para facilitar la rotación de usuarios. El Ayuntamiento presentó ayer el nuevo protocolo de uso de los tres principales arenales de la ciudad, que ha entrado en vigor coincidiendo con la entrada de Asturias en la fase 3 de la desescalada y según señaló la alcaldesa, Ana González, se mantendrá durante «todo el verano», con independencia de que se levante el estado de alarma.
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Para cada playa se ha estimado un aforo máximo tanto en bajamar como en pleamar que permita garantizar en ambos casos un espacio suficiente para que los usuarios puedan guardar las distancias de seguridad recomendadas. En función de la marea, en San Lorenzo este aforo oscilará entre 2.270 y 24.555 personas; en Poniente, entre 4.181 y 6.151; y en El Arbeyal, entre 1.562 y 2.626. Cada arenal, a su vez, ha sido dividido en sectores (diez en San Lorenzo, siete en Poniente y cinco en El Arbeyal), también con sus respectivos aforos máximos. Y para cada zona se han establecido escaleras exclusivas de acceso y de salida, quedando el resto suprimidas.
Al llegar a una playa por una determinada escalera los nuevos acomodadores, un equipo de 35 personas que prestará servicio de 11 a 19 horas, indicarán al usuario qué sectores de esa zona están menos concurridos, algo que cualquier ciudadano podrá conocer también en tiempo real, incluso antes de salir de casa, desde cualquier dispositivo con conexión a internet incluso antes de salir de casa. Los datos sobre el espacio disponible en cada sector pueden consultarse en la página web municipal (www.gijon.es/aforoplayas). «Una de las cosas que queríamos garantizar era que la gente pueda tener toda la información sobre la ocupación de las playas. Y que si alguien quiere ir a tomar el sol a San Lorenzo, sepa de antemano si está llena o no», destacó la alcaldesa.
Una vez en la arena, el Ayuntamiento hace un llamamiento a la «responsabilidad individual y a la colaboración de todos» para que se atiendan las recomendaciones sobre en qué sector ubicarse y para que, dentro de cada zona, se respete la distancia entre toallas. «Si hay que poner sanciones se pondrán, pero no es nuestro objetivo. Queremos un buen verano y un buen verano es aquel en el que no hay que sancionar», indicó Ana González. También se pide evitar los desplazamientos entre sectores, que estarán delimitados con cintas en el suelo pero entre los que no habrá «ni palos ni cuerdas». Y para contribuir a que el mayor número posible de personas puedan disfrutar de la playa, se recomienda «una estancia no superior a dos horas».
¿Qué ocurrirá con la gente que esté ubicada en un sector determinado cuando la subida de la marea empiece a reducir su superficie? El jefe del servicio de Bomberos y Salvamento, Javier Álvarez Villazón, explicó que los aforos se han calculado de forma «holgada», de modo que el correspondiente a un momento determinado ya tiene en cuenta la evolución de la marea en las dos horas siguientes. «El aforo está calculado con margen suficiente para no tener que echar a la gente cada cinco minuntos, y porque suba un poco la marea no tendrás que irte, pero a las dos o tres horas, sí», puntualizó la alcaldesa.
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Respecto a esta cuestión, la guía 'Gijón, arenales urbanos seguros' presentada ayer señala: «Cuando suba la marea, piensa en tu seguridad y en la de los demás, abandona la playa en orden, manteniendo la distancia y por las zonas de salida establcida». Llegado el caso, será el equipo de acomodadores quien, según señaló la gerente de Divertia, Lara Martínez, «indicará que hay que ir vaciando».
Para moverse por la playa, habrá pasillos transversales entre los sectores para acercarse hasta el agua y, pegada al Muro, una zona de tránsito de entre seis y diez metros. También se reservará una zona de una anchura similar en la orilla del agua que permitirá pasear de punta a punta de los arenales. «Lo de pasear entre las toallas nunca fue recomendable, y espero que no se convierta en la actividad del verano», apuntó Ana González.
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La regidora remarcó que todas las medidas están pensadas teniendo en cuenta «lo que mayoritariamente hace la gente en la playa, que es bañarse y tomar el sol». En esa línea, entre las 10 y las 20 horas estará prohibida cualquier práctica deportiva sobre la arena, como jugar al fútbol o a las palas, con dos únicas excepciones: la actividad propia de las escuelas de surf y las que organiza el Patronato Deportivo Municipal. Tampoco estará permitido el uso de jueguetes acuáticos, como hinchables.
En lo que respecta a otras medidas, Ana González indicó que se instalarán en la ducha carteles recomendando que no se usen. «Aunque funcionarán, diremos a la gente que es mejor ducharse en casa». Tampoco se permitirá la estancia en las escaleras, donde muchos usuarios suelen tomar el sol. «Sin duda será una de las labores pedagógicas más difíciles que nos tocarán», bromeó.
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