La oposición de Gijón ve necesarias las medidas del plan de residuos y alerta de que «ya vamos tarde»

«Aportaremos ideas, pero también pedimos que se agilice todo lo máximo posible, porque las medidas de obligado cumplimiento entrarán en vigor ya en abril. Queda mucho trabajo por delante y es una pena que se hayan perdido muchos meses», lamentó el concejal socialista José Ramón Tuero. Criticó no obstante que desde Emulsa se insista en la idea de que «con los medios que hay ya se podría cumplir con la ley, porque entonces están echándole la culpa al ciudadano. Sería necesario también algo de autocrítica». El edil lamentó por otra parte la existencia de «un conflicto laboral entre la mitad de la plantilla y la empresa» que instó a solucionar y reclamó además más personal para tareas como la desratización y la limpieza de contenedores.

Para el portavoz municipal de IU, Javier Suárez Llana, «las medidas del plan parecen bien encaminadas y responden a debates que no son nuevos pero que hay que acelerar para cumplir con la normativa, porque vamos tarde». Ve acertado «poner el foco en los residuos de la actividad hostelera», si bien muestra dudas sobre la «complejidad técnica y administrativa» de algunas medidas, así como sobre su impacto económico y en el espacio público. «El mayor déficit es que el conjunto de las medidas se orientan a la gestión de residuos, pero no a su reducción en origen, como por ejemplo la de los envases plásticos».

Sara Álvarez Rouco, portavoz de Vox, lamentó que todo venga condicionado por la UE y si bien ve «fundamental» trabajar en la concienciación ciudadana cree que «optimizar el modo de deshacernos de la basura debe plantearse como un deber cívico y no como una coacción». Añadió que «la responsabilidad no debería caer exclusivamente en el ciudadano, también es necesario un replanteamiento industrial para que al consumidor llegue la mejor cantidad posible de materiales, sean reciclables o no».

Desde Podemos, Olaya Suárez consideró que «el plan acierta en el diagnóstico y propone soluciones ambiciosas, pero demasiado a largo plazo como para cumplir los objetivos, tras tres años de estancamiento». Destacó que «las medidas más polémicas se reservan para el siguiente mandato, mirando más hacia el calendario político que al que marca la ley». Y recordó que «muchas medidas las propusimos desde Podemos y dijeron que no eran posibles».