Nuevo Roces se disfraza de ciudad con servicios

La Ciudad Autónoma de Nuevo Roces tiene médico. De hecho, casi una veintena de profesionales sanitarios, entre cirujanos y enfermeros, aunque su centro de salud sea una silla infantil decorada con cartón y su ambulancia la pequeña Andrea Álvarez, de tres años, con una diadema con luces como sirena. También tiene autobús, por piezas y pintado con rotulador, pero suficiente para celebrar que «por primera vez la línea 16 circula por el barrio». Y a bordo de él, un grupo de colegiales, ya talludos, camino de clase sin necesidad de «desperdigarse por otros colegios de Gijón». Uno de ellos, Alejandro García-Rendueles, fue el encargado de leer el pregón de un Antroxu en el que Nuevo Roces volvió a disfrazarse de barrio con servicios y a proclamar temporalmente su independencia de Gijón como forma de protesta ante las promesas incumplidas.

«La biblioteca de mi cole está llena de proyectos e informes que se guardan en cajones. Y aunque mis compañeros, que son concejales, se paseen por el barrio en el recreo, cuando llega el momento de trabajar hacen pellas», lamentó. No faltaron críticas a Barbón, «al que le tengo que pasar las chuletas y aún así no hace los deberes», y a la alcaldesa, «que se sienta en la parte de atrás de la clase con la concejala Patón pero no hacen más que hablar».

Cerca de doscientas personas, incluidos muchos niños, participaron en un pequeño desfile-manifestación en el que los disfraces de superhéroe, troglodita y princesa Disney se mezclaban con carteles reclamando solución a las carencias del barrio. La marcha concluyó con un baile coreografiado al son del «himno de Nuevo Roces», una versión del 'Te quiero más' de Fórmula Abierta en la que la letra con la que reivindicaban, junto al consultorio y el colegio, farmacias, bancos y, tirando por elevación, «hasta una Universidad». Entre el optimismo y la sorna, el presidente de la asociación vecinal, caracterizado como un alcalde de Nuevo Roces cuyo traje bien podría llevar puesto cualquier destacado capo de la mafia, tranquilizaba al final de la marcha a.los participantes: «el año que viene no volvemos, que ya lo tendremos todo».

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