Gijón llamará a 2.261 mayores del centro para detectar la soledad no deseada

El primer paso es la elaboración de un censo. La pasada semana se recibió la autorización del servicio jurídico del Ayuntamiento, que evaluó las competencias de Servicios Sociales para realizarlo de acuerdo a la Ley de Protección de Datos. Una vez autorizado, se extraerán los datos informáticos del censo de personas mayores de 80 años para detectar aquellas que viven solas o acompañadas de otros mayores de 80 años. A partir de ahí, y puesto que «la soledad es una cuestión subjetiva», empezará el trabajo de campo. Servicios Sociales cruzará estos datos con sus propios registros -«muchas personas seguramente ya estén con nosotros en la ayuda a domicilio o la teleasistencia», estima Luengo- y al resto se le hará una pequeña entrevista o encuesta para «conocer su situación, porque en la mayoría de los casos habrá soledad perfectamente deseable y atendida, pero también habrá personas con mayor vulnerabilidad».

Para facilitar esta labor de identificación y detección, se empezará por la zona centro, donde residen en solitario aproximadamente 2.261 mayores de 80 años dependientes del centro de servicios sociales de la Gota de Leche. Posiblemente «se les enviarán cartas informativas previamente y se estudiará cómo podemos contactar con ellos, ya sea telefónicamente o a través de teleasistencia». Una vez conectados, se les facilitará, así, el acceso a los servicios comunitarios «que quizá puedan ser interesantes para ellos y no estén utilizando, como la ayuda a domicilio o la teleasistencia, pero también actividades en los centros de mayores, del Patronato Deportivo o de otros recursos de la ciudad que puedan ayudar en su proceso de envejecimiento activo, ralentizar el deterioro de su salud y prevenir accidentes».

Precisamente es en la zona centro -la que aglutina más mayores viviendo solos- donde arrancará el programa piloto que busca, desde un enfoque comunitario, crear una red de apoyo para los mayores. Este mes retomarán las reuniones las entidades implicadas -comercios, centros de salud, fuerzas de seguridad, asociaciones vecinales, Unión de Comerciantes, centros educativos y centros de día- que tratarán de aterrizar algunas de las cuestiones prioritarias. Una de ellas es la red de comercios amigables con las personas mayores. «La Unión de Comerciantes está desarrollando los requisitos y recomendaciones de accesibilidad, iluminación... para los comercios que quieran adherirse», explica Luengo. Esta red pretende convertirse en detectora de soledad y situaciones de vulnerabilidad. También se creará una base de datos, un «mapa de recursos» que hay en la zona centro para los mayores: centros de salud, servicios sociales, comercios, farmacias, centros de día, asociaciones... «que a lo mejor alguien que no está en un contexto de mucha sociabilización desconoce». Estas acciones arrancarán, previsiblemente, este mismo trimestre.

Por otro lado, el pasado 15 de septiembre se adjudicó a la asociación Los Glayus, por 600.000 euros, el contrato del servicio de dinamización, animación, y apoyo a la gestión de los centros municipales de personas mayores El Coto, Contrueces, Los Puertos y Puerto Somiedo. Actualmente, estos centros los gestionan asociaciones de personas jubiladas y pensionistas.

El objetivo que persigue Servicios Sociales con este contrato es que los centros «no sean solo un espacio donde van las personas y hay un servicio, sino que reconecten con los barrios y se transforme en instrumento para el trabajo con personas vulnerables».

¿Cómo? En primer lugar, la empresa ayudará a estas entidades en la gestión administrativa y cuestiones de mantenimiento y suministros. El nuevo personal se encargará, asimismo, de abrir y cerrar los centros. Por otro lado, la asociación adjudicataria deberá potenciar los programas de actividadades de envejecimiento activo y sistematizarlas en todos los centro, «de tal forma que no dependan de que en un centro haya una asociación con más o menos miembros».

Se mantendrán las actividades de las aulas para mayores «y se irán diseñando otras con los propios centros según su realidad y demanda», como por ejemplo grupos de apoyo a personas cuidadoras. Además, se pretende una intervención comunitaria y se programarán excursiones y encuentros anuales: «Pensamos en los centros como activos para el barrio, que pueda acercarse a las residencias demayores, crear proyectos intergeneracionales, actividades con colegios y personas jóvenes».