L'Anguleru reparte «ilusión, esperanza, paz y montones de juguetes» en Gijón

Por eso, nerviosos, esperaban que el que es considerado el Papá Noel asturiano hiciese su gran aparición por el techo del Acuario, tras su paso por multitud de localidades desde el pasado 17 de noviembre. Gritaron y gritaron llamándole hasta que l'Anguleru apareció y bajó a llenarse de besos y abrazos.

Pablo y Pelayo, de cuatro y tres años, fueron los primeros en poder acercarse a él, carta en mano. Era su primer año, pero venían preparados. Ya habían asistido el día 3 a la videoconferencia en la que el célebre pescador de chubasquero amarillo anunciaba su llegada. No tuvieron mucho tiempo, pero fue suficiente para transmitir lo importante. «Yo quiero un dinosaurio. Grande. Funciona con pilas», explicó Pablo. «Yo, una mesa de trenes», explicaba más tímido Pelayo. Detrás de ellos, una cola enorme de peticiones esperaba su turno.

Muchos se llevaron ya el primer regalo: por un euro de donativo a la fundación Bioparc, los niños recibieron un pase anual para visitar el Acuario cuantas veces deseen de forma gratuita.

Ha sido un largo camino desde el Mar de los Sargazos, donde L'Anguleru pasa toda la temporada. Ha sido un largo viaje, hasta Gijón. Hoy finaliza el último tramo: «A las seis y media entro en la arena y me voy a recorrer Asturias». Así que «a dormir y a ser buenos, que esta noche llega L'Anguleru».