Investigan si el agresor de la catana de Gijón atacó a otra mujer hace semanas

En ambos casos se trata de un hombre joven que acometió contra las víctimas sin mediar palabra y sin conocerlas previamente y, por lo tanto, sin que existiesen problemas anteriores entre ellos. La línea de trabajo de los agentes apunta en esa misma dirección: se trataría de una persona con problemas mentales y sumamente violenta que en las últimas semanas ha sido vista por la zona oeste de la ciudad en actitud desafiante, portando estacas de madera, palos y objetos contundentes con los que amenaza a los que se cruza en su camino.

Fue lo que ocurrió el domingo hacia las seis de la tarde, cuando caminaba por la acera portando y exhibiendo una catana, un arma blanca de grandes dimensiones que está considerada arma prohibida. En un momento dado se cruzó con un vecino y, tras llamarle «hijo de puta», le agredió en una pierna, provocándole un profundo corte por el que ha tenido que ser intervenido quirúrgicamente en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). La herida la afectó a un tendón.

Hace unas tres semanas una mujer que se encontraba en las inmediaciones del parque de El Lauredal fue atacada por un individuo cuya descripción coincide con la aportada por los testigos sobre el joven de la catana. A ella la habría atacado con un palo de grandes dimensiones y le habría producido magulladuras.

A raíz del grave ataque sufrido por el vecino de El Cerillero y la agresión a una mujer en el entorno de El Lauredal, los vecinos de la zona se muestran preocupados y piden una mayor presencia de policías en las calles del barrio para localizar y detener a individuo y evitar que se repitan las agresiones indiscriminadas.

A principios de julio la Policía Nacional arrestó a otro joven que atacó con una estaca de madera a un tatuador de Laviada y dos días después a un cliente en un bar de la calle San Antonio.