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El juzgado de lo Penal 1 de Gijón, del que es titular el juez Lino Rubio, considera probado que el hostelero J. A. M. M. abusó sexualmente y acosó y amenazó en el trabajo a dos empleadas –de 16 y 18 años– durante ... el verano de 2022. Son hechos probados en la sentencia que el lunes se notificó a las partes, y a la que ha tenido acceso EL COMERCIO, que el condenado «acarició la cintura y palpó el pecho izquierdo de una denunciante, animado por la intención de satisfacer su deseo sexual». También que a la menor de edad le profirió expresiones tales como «eres una mierda. No vales para nada. Estúpida. Inútil. No te pongo de cara al público porque llevas el pelo corto y no tienes tetas». Igualmente, ante varios compañeros de trabajo, profirió amenazas de muerte a las jóvenes al mismo tiempo que las obligaba a realizar trabajos físicos sin dejarlas utilizar una transpaleta.
Una de las denunciantes contó en la vista oral que el hostelero le mostró en varias ocasiones droga y le incitó a consumirla juntos. Por todo ello, el juez considera al hostelero autor criminalmente responsable de un delito de abuso sexual, de un delito leve de amenazas y de un delito contra la integridad moral en la modalidad de acoso laboral. Así dispuesto, J. A. M. M. ha sido condenado a dos años y medio de prisión, a dos años de libertad vigilada y al pago de 2.000 euros a cada una en concepto de indemnización. De esta forma, el juez atendió a la petición de pena de las acusaciones y del Ministerio Fiscal. Asimismo, otro juzgado condenó a la empresa hostelera al pago de una indemnización de 45.000 euros a cada una de las víctimas. Los hechos que se denuncian ocurrieron en la Feria de Muestras de 2022. El condenado era el encargado de hasta siete negocios hosteleros.
Tanto en la fase de instrucción como en el juicio oral se practicaron un amplio número de pruebas testificales y forenses. Existen, incluso, audios del hostelero en actitud amenazante.
Sobre el fallo cabe recurso en la Audiencia Provincial, si bien las partes denunciantes se muestran optimistas dada la «minuciosidad» del fallo y de la fase de instrucción del caso.
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