Sor María Aránzazu de la Santísima Trinidad, conocida por todos como Sor Arancha, ha fallecido tras una larga vida consagrada a la compañía de las clarisas. Su muerte, el pasado miércoles, se produjo en Cigales, Valladolid, donde residía desde que el convento ... de Gijón cerró sus puertas.
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Quienes la conocieron la describen como una persona «muy activa, siempre pendiente de todo, muy amable y siempre alegre». Formó un auténtico triunvirato con Sor María Jesús y Sor Begoña, las tres vascas, que fueron trasladadas al Monasterio del Sagrado Corazón de las Hermanas Clarisas de Cigales en 1996, pero en Gijón será recordada por ser la última abadesa del convento de la Universidad Laboral.
Tenía 95 años y muchos de los que fueron alumnos de la Universidad Laboral hablan hoy de su «eterna sonrisa» y su buen carácter. Aunque nunca regresó a Gijón, la ciudad permaneció para siempre en ella. Cuentan alumnos de la Laboral que la trataron que cuando iban a visitarla a Cigales, pedía que le cantaran 'Gijón del alma'.
Hace apenas dos meses falleció Sor Begoña y no hace mucho Sor María Jesús, aquel trío que hoy se recuerda en la Laboral por su implicación con la institución y por su participación activa y comprometida.
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