Fallece la escritora Cuca Alonso

«Cada vez leemos menos y, por eso, cada vez somos más fáciles de manipular». Algo que no le pasaba a la autora de la frase. Incansable lectora, difícil de manipular, María Olvido Alonso García, Cuca Alonso para el mundo, ha cerrado el libro de su vida que empezó a escribir en 1939. Gijón despide a la mujer que aúna en una sola pieza la literatura (es autora de seis libros), el periodismo (en EL COMERCIO inició en 1977 su dilatada carrera como entrevistadora y columnista); empresaria (se puso al frente de la tienda de moda Pochola, abierta por su hermana); activista social (fundadora del boletín de la parroquia de San Julián de Somió, miembro de las Antiguas Alumnas de La Asunción, cofrade de honor de la Hermandad de la Santa Vera Cruz, e integrante de la Asociación de Amigos de la Laboral en un largo etcétera) y, sobre todo, la maternidad.

«No me gustan los embarazos», reconoció, pero sí sus hijos. Nueve que la acompañan hoy y que confirman lo que la propia Cuca Alonso decía de sí misma «soy una madre muy responsable». Una larga familia que formó con Manuel Vega-Arango, el que fuera, por dos veces y veintiún años presidente del Sporting. Una relación que, como ella misma reconocía, «no acabó bien» en lo matrimonial, pero sí en lo personal. «Me llevo muy bien con él. No tengo telarañas en el corazón», reconocía en una entrevista a corazón abierto concedida el año pasado tras presentar su último libro 'Exequias'.

Una larga familia formada por su fidelidad a la Iglesia católica heredada de su padre, el industrial Joaquín Alonso. Cuca fue la primogénita de los 14 hijos que tuvo el fundador de Industrial Alonso, la firma que llegaría a liderar el sector de la maquinaria para minería y la cerrajería artística y de la que Gijón aún atesora la barandilla de El Muro o las escaleras del Hospital de Jove.

Alonso, que creó su empresa en El Natahoyo, en la parcela que hoy ocupan el parque Atalía y el colegio público del mismo nombre, vivió allí con toda su familia hasta que, antes del cese de la actividad de su firma, en 1982, se trasladara a Somió con su familia.

Siempre recordó Cuca Alonso el apoyo de su padre a todo lo que surgía en El Natahoyo, como el Club Natación Santa Olaya o el Hogar de San José , aunque también hablaba del padre en casa, el que les llevaba «a secar cada verano a León». Confesaba ella tener «recuerdos muy felices de aquellos años. Me sigue gustando mucho León, los paisajes sobrios, las puestas del sol y los amaneceres, los colores...».