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Compañerismo. Ilusión. Amor. Inclusión. Curiosidad. Creatividad. Son solo algunas de las emociones y habilidades que despertó el proceso de crear un cuadro desde cero, a partir de una obra ya existente, en los 44 residentes del centro de apoyo a la integración APTA Cabueñes, en Gijón, que participaron recientemente en el programa de Expresión Artística de la entidad. Todo empezó con la idea de hacer una actividad diferente y con la que pudiesen disfrutar. «El arte no solo brinda a las personas con diversidad funcional una forma de expresión y comunicación sino que también desafía los estereotipos y cambia las actitudes hacia ellas», destacó la Asociación de Padres y Tutores de Antiguos Alumnos del Sanatorio Marítimo (APTA), en el vídeo de presentación de la exposición que se proyectó ayer durante su inauguración en la planta baja del CMI de El Llano.
Para ello, contaron con la calidez y sensibilidad del pintor asturiano Jesús Blanco Morán, padre de uno de los participantes, que se encargó de guiar a cada uno de ellos en su proceso creativo y resolver todas sus dudas. «Ha sido una experiencia muy positiva e ilusionante porque ves cómo se desarrollan en algo que piensan que no son capaces de alcanzar. Eso les estimula y ese estímulo te lo contagian a ti», indicó Blanco. «Nos sorprendieron con lo que trabajaron y lo bien que quedó», añadió desde el cariño que ya siente hacia todos ellos.
Cada uno expresó sus emociones sobre el papel en blanco. A partir de un cuadro abstracto con varias flores en tonos azules, amarillo y color salmón, crearon sus propias obras de arte en las que plasmaron lo que a ellos les apetecía: desde flores, hasta casas con paisajes o pinturas completamente abstractas. Esto último fue lo que hizo Miguel Ángel Roces, quien ya tenía experiencia en pintar cuadros y «tenía claro que quería hacer algo abstracto porque me gusta».
Sara Díaz, sin embargo, optó por pintar una flor en colores monocromáticos y eligió para ello uno de los tonos de moda de la temporada: el verde. «Quería hacer otra cosa», reconoció, «pero teníamos que partir del cuadro de una flor y me apeteció hacerlo en color verde». Su compañero Javier Armesto decidió dibujar una casa con paisaje empleando solo cuatro colores: azul, amarillo, rojo y verde. Pero el que más le gusta es, sin duda, «el amarillo». «Lo hice todo yo solo», aseguró. «Sois los mejores», les recordó el presidente de APTA, Joaquín Bárcenas, en plena inauguración.
Antes de despedirse, muy satisfechos con la acogida de su exposición, dieron las gracias a Jesús por dedicarles «su tiempo y sus proyectos en la pintura». Y exclamaron todos al unísono: «Hay un artista dentro de todos nosotros. ¡Esto solo acaba de empezar!».
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Abel Verano, Lidia Carvajal y Lidia Carvajal
Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
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