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«Estamos cansados de que nos hablen de planes, fases y cotes. Queremos ver en marcha ya el proyecto y sobre todo disponer de una ... estación intermodal en condiciones», es la frase que podría resumir el sentimiento de comerciantes y vecinos. Desde luego, un proyecto tan ambicioso y por el que Gijón lleva años esperando como el de la reorganización urbanística del plan de vías, que conlleva: el derribo del viaducto de Carlos Marx –con un coste de 53,5 millones de euros–, la construcción de una pasarela que mejore las conexiones, la propuesta edificatoria con varios bloques mixtos de edificios, el levantamiento de un hotel o la reestructuración del 'solarón'; suscita controversia».
«Hace años hablaron de hacer un túnel, luego comenzaron a referirse a este plan, y después trasladaron aquí la estación de tren. Que conste que a mi comercio le vino muy bien, –aunque principalmente mis clientes son gente del barrio–, y ahora dicen que van a derribar el viaducto y su coste es de 53,5 millones de euros. Yo estoy a favor de todo lo que conlleve una mejora de la zona, pero que se aclaren, porque no es están mareando en cifras y fechas», comenta Jorge Manuel Suárez, dueño desde hace más de veinte años del Kioskín de Jorge, que pide a los promotores del plan de vías que «construyan edificios a los que puedan acceder las personas del barrio y no tengan un coste elevado».
Si de algo hay ganas, es de que Gijón cuente con esa estación intermodal que unirá trenes y buses «¿Cuánto más vamos a tener que esperar por una estación nueva?», se pregunta Nicolás Martínez. Lo mismo opina Cristian Llera y es una de las consultas más formuladas por encuestados «porque si algo nos preocupa más que si derriban o no el viaducto, es tener en un mismo punto acceso al tren y al autobús».
A Carla M. Fernández le gustaría que «explicaran con más calma todo el plan y se dejaran de tantas fases y nos den fechas concretas. Además, yo vivo frente al parque fluvial, pero también vengo a pasear por 'el solarón' y Gijón necesita un gran espacio verde en el centro que sea un lugar de esparcimiento».
Otra de las preocupaciones es es el acceso a los pisos que construyan. «Espero que sean pisos en los que puedan vivir mis clientes, es decir, que se puedan permitir comprarlos porque de nada me servirá entonces», argumenta Isabel Láser de la cafetería Covadonga que también espera que «las obras de derribo del viaducto y reordenación del tráfico sean rápidas y no nos tengan empantanados». Para Rubén Cereceda y Dalia Fernández «la edificabilidad debe pasar. o bien por pisos de vivienda pública, o que den ayudas para alquilarlos o comprarlos. Y si el derribo del viaducto va ser bueno, adelante pero que ajusten costes», opinan.
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