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La celebración del día de San Pedro, patrón de Gijón, tuvo un gran respaldo popular, con cientos de personas que abarrotaron el templo de la Parroquia Mayor de San Pedro Apóstol y posteriormente el Campo Valdés para la bendición de las aguas del Cantábrico. El ... acto estuvo plagado de llamadas a la tolerancia y se agradeció que, después de cuatro años de ausencia, concejales de la Corporación municipal participaran en estos actos.
La representación del Ayuntamiento de Gijón fue amplia, con la participación de los ediles de las tres formaciones que conforman el equipo de gobierno (Foro, PP y Vox), con la alcaldesa, Carmen Moriyón, a la cabeza. No pudieron asistir por asuntos personales o por estar en otros actos los foristas Gilberto Villoria, Montserrat López y Pelayo Barcia. Los restantes doce ediles sí que participaron en los actos y la gran mayoría de ellos llevaban al cuello la medalla que les reconoce como concejales del Ayuntamiento de Gijón, incluida la propia regidora.
Entre otras autoridades, también asistieron el comandante naval de Gijón, el capitán de navío Luis Márquez; el teniente coronel de la Guardia Civil Alberto Aguilera, responsable de la comandancia de Gijón, y el comisario de la Policía Nacional, Dámaso Colunga, así como la secretaria general del Partido Popular de Gijón, Cristina Villanueva.
La misa concelebrada estuvo presidida por el abad de Covadonga, Adolfo Mariño, junto a Javier Gómez Cuesta, titular de San Pedro, y los párrocos de San Lorenzo, San José y la basílica del Sagrado Corazón. Y durante todos los actos estuvo muy presente el regreso de las autoridades locales a los actos religiosos, en contra de lo sucedido en los últimos cuatro años y ante las protestas de los colectivos que abogan por la laicidad. Por ello, Adolfo Mariño indicó que «quizás algunos no entienden lo que celebramos y nos abuchean y ridiculizan», añadiendo que «lo hacemos sin ideologizar nuestra fe». El abad de Covadonga y que hace años fue párroco de San José explicó, en referencia al día de hoy, que «un pueblo que hace fiesta es un pueblo que tiene vida y futuro, y quien olvida sus raíces, también las cristianas, está abocado a vivir mortecinamente». Llamó la atención porque «parece que el laicismo campea por doquier», por lo que abogó por profesar una fe «confesante y no vergonzante». Recordó la labor social que realiza la Iglesia y la necesidad de que los cristianos mantengan la unidad, al tiempo que alertó de que «las parroquias necesitan familias cristianas, algo que tanto cuestionan algunos poderes públicos». Por eso, relató una serie de objetivos con los que sueña, entre los que destacaron «una nación sanamente laica, donde Dios y el césar sean distintos pero no contrapuestos y una sociedad que no fomente la ambigüedad moral, con identidades de quita y pon».
En la misa fue el coro parroquial de San Pedro el puso la parte musical, mientras que en la explanada frente a la iglesia le tocó el turno al coro Voces de Cimadevilla, donde interpretaron la 'Salve marinera' y 'Gijón del alma'. Antes de proceder a la bendición, el párroco, Javier Gómez Cuesta, dio su tradicional alocución ante varios centenares de vecinos cuyos aplausos acallaron los silbidos y proclamas que lanzaban desde unos 50 metros de distancia los convocados por los colectivos que abogan por el laicismo. Gómez Cuesta habló de la esencia de lo que significa Cimadevilla para Gijón y recordó que el poeta Gerardo Diego había calificado de «manto de canela» a la playa de San Lorenzo, cuyas aguas se iban a bendecir a continuación. Clamó por la convivencia pacífica y por «sentirnos todos, por encima de creencias y discrepancias, gijoneses y hasta gijonudos» y pidió «no sucumbir a ideologías excluyentes». Esa frase fue respondida por ¡bravos! por la concurrencia. El párroco apuntó que Gijón «ha sido y quiere seguir siendo libre, abierta, acogedora, participativa, solidaria y tolerante», al tiempo que recordó como en 1999 la recién nombrada alcaldesa, Paz Fernández Felgueroso, acudió a la celebración de San Pedro acompañada por toda la Corporación municipal y fue ella quien recuperara que este día no fuera laborable, por lo que le mostró su «eterna gratitud».
Gómez Cuesta hizo un repaso a la labor social realizada por la Iglesia en Gijón y aseguró que «no somos un verso suelto en la ciudad. Estamos comprometidos con ella». Además, reclamó mejoras para el barrio de Cimadevilla, que «es como la güelina. La queremos mucho pero la tenemos poco cuidada». Reclamó para el barrio «un cambio de vestido», así como la implantación de equipamientos culturales, incluido un museo donde tengan cabida las obras de los pintores de Gijón. También reclamó ante las autoridades trabajo para los jóvenes, un Sporting que no pierda su identidad, una meteorología benigna durante el verano, un Piles limpio y navegable, y que «reinen la convivencia y la cordialidad». Por eso, defendió que «hemos de ser gijoneses primero y antes que cualquier otra pertenencia o adscripción». Y todo su discurso fue muy aplaudido y vitoreado por la nutrida concurrencia, aunque en parte era para acallar los tímidos pitidos de protesta emitidos desde la concentración de quienes abogaban por la laicidad de las fiestas.
A continuación tuvo lugar la bendición de las aguas. Fue el momento en el que el párroco arrojó agua bendita al Mar Cantábrico y Carmen Moriyón hizo lo propio con un ramo de flores. El 'Gijón del alma' fue cantado, junto a Voces de Cimadevilla, por todas las personas congregadas ante el templo.
En torno a medio centenar de personas se concentraron ante la iglesia de San Pedro para protestar por la presencia de concejales de la Corporación municipal en los actos religiosos por la celebración del patrono local. Hubo unos momentos de tensión cuando los agentes de la Policía Nacional les conminaron a situarse detrás de unas vallas que los dejaba a unos 50 metros del pórtico del templo. Luis Fernández, presiente de Asturias Laica, explicó que «venimos a hacer una presencia pacífica para explicar a la alcaldesa que esta no es su posición como alcaldesa». Después de criticar que Adrián Barbón besara la Biblia antes de prometer su cargo como diputado en la Junta General del Principado, Fernández indicó que Carmen Moriyón «puede venir como persona, pero no jactarse de hacerlo como alcaldesa».
El presidente de Asturias Laica también criticó al párroco de San Pedro por decir que «estamos en contra de ellos. Pero nosotros respetamos la libertad religiosa. Lo que decimos es que el poder no tiene libertad religiosa y la autoridad no puede participar, según dijo el Tribunal Constitucional». Entre las personas que se encontraban en la protesta estaba la concejala de Podemos, Olaya Suárez, y más responsables de la formación morada en Gijón. Entre las proclamas lanzadas por los manifestantes se escucharon algunas como «Moriyón, dimisión» y «Fuera fascismo de las instituciones».
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