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Se acerca la celebración de Halloween (Samaín en Asturias) y Gijón tiene desde hace décadas varias figuras espectrales insertas en su parque de edificios históricos. Inmuebles que en épocas pretéritas significaron algo para los gijoneses y tuvieron protagonismo en el perfil urbano, pero ... que han acabado convertidos en islas desconectadas del resto de la ciudad por su falta de uso. El caso más paradigmático de abandono que hay en Gijón es el de los antiguos Juzgados Prendes Pando, por su céntrica ubicación y por tratarse de patrimonio de carácter público, pero Gijón cuenta también con un buen número de propiedades privadas fantasmagóricas vencidas por el paso del tiempo, incluso en el entorno del Muro (martillo de Capua).
Con el viejo edificio judicial proyectado por Pedro Cabello, que fue concebido originalmente en 1959 como albergue infantil, ni la administración propietaria, el Principado, ni la que podría optar a una cesión gratuita, el Ayuntamiento de Gijón, han sido capaces de darle una segunda oportunidad a pesar del clamor ciudadano para recuperarlo. Un clamor que recuerda que fue levantado gracias a aportaciones económicas de los gijoneses, a través de una rifa pro infancia de la época alentada por el pediatra Avelino González.
Sus 11.932 metros cuadrados que se extienden por una manzana construida al completo, y cerrados desde hace más de una década salvo para rodar capítulos de una serie de tv, tendrán que seguir esperando tiempos mejores sin descartar que vuelva a ponerse a tiro para el mercado inmobiliario
El consejero de Hacienda, Guillermo Peláez, explicará mañana en comisión en la Junta General del Principado los planes de futuro que el ejecutivo regional tiene para el edificio de Prendes Pando. Peláez responderá a una pregunta en ese sentido formulada por Andrés Ruiz, diputado regional gijonés del PP.
Desde la Consejería de Derechos Sociales del Principado se asegura que «el diálogo con el Ayuntamiento sigue abierto» y que los cuatro millones de euros previstos de fondos europeos para la rehabilitación de los antiguos juzgados «no se van a perder».
Otra manzana entera que muestra un estado muy preocupante, y con andamios de seguridad, es en la que el pintor Nicanor Piñole vivió casi toda su vida frente a la plaza de Europa. Esta deteriorada construcción propiedad de la empresa Fercavia fue un encargo del indiano Manuel Prendes al arquitecto Rodolfo Ibáñez en 1889. Fue una de las mayores promociones inmobiliarias de su época y ahora se fía la recuperación urbanística de la zona al proyecto que sustituirá la ruina actual por un nuevo edificio de 60 viviendas con recrecido de dos plantas y un ático.
Sin salir de la plaza de Europa está también el palacete de Don Ladislao. Sus propietarios lo pusieron a la venta por dos millones de euros y un empresario leonés estuvo interesado en adquirirlo porque además de vivienda admite usos hosteleros y comerciales. Aquello no cuajó y ahora ya no se vende y está en obras, además de haber sido objetivo de 'okupas'.
Otro palacete que se ha erigido por méritos propios en fantasma urbano es el de la finca Monasterio en El Bibio. Sigue sin haber planes para desarrollar ese suelo que es propiedad de Villa San Lorenzo.
Mucho más halagüeño es el futuro para la sede histórica de la Telefónica en la calle Corrida (2.239 metros cuadrados distribuidos en planta baja y tres superiores). La compañía de telecomunicaciones abandonará en diciembre el inmueble que venía ocupando desde 1932 para dejar vía libre a la entrada de Perfumerías Primor, que ya está preparando el proyecto para hacer la obra en cuanto tome posesión del edificio a comienzos de 2025.
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