MARCO MENÉNDEZ
Domingo, 15 de agosto 2021, 16:10
Hace más de cuatro años que Germán sufrió una fuerte paliza a manos de varias personas. Cuatro se sentarán en el banquillo a partir del 20 de octubre y afrontan peticiones de penas de entre doce y catorce años de prisión. El joven Germán y su madre, Yolanda Fernández, quieren que todo acabe. «Tengo ganas ya. Son cuatro años y pico. No te acabas de rehacer, te adaptas. Pero tengo ganas de que acabe el juicio, que haya sentencia y verlos donde tienen que estar». Germán está esperanzado: «Yo creo que va a ser una sentencia modélica. Que el juez va a ser bastante estricto, como tiene que ser. Estoy confiado».
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En estos cuatro años, Germán y Yolanda han trabajado mucho. La recuperación del joven está siendo lenta, pero «me encuentro muy bien. Voy al gimnasio, a la piscina, al logopeda... No paro. Ahora voy a empezar a estudiar Bachillerato, porque lo necesito. Me encuentro cada vez más fuerte», asegura. Ha ganado fuerza, tono muscular y ya pesa 85 kilos, cuando llegó a pesar 59 en los peores momentos. «Lo que pasa es que estaba muy delgado», reconoce su madre.
Yolanda ve con mucha tristeza las noticias que no cesan de palizas a jóvenes como la que le ocurrió a su hijo. «Hay varios casos todas las semanas. Las leyes tienen que cambiar, porque esa gente no tiene miedo a nada, no respeta a nadie. Es una total impunidad». Germán puntualiza: «Y no solo son extranjeros. También son de aquí». Quieren romper ese mito de que son personas extranjeras las que protagonizan estos problemas. Yolanda explica que «cuando ocurrió lo de Germán, se comentó mucho, pero extranjero solo había uno. El resto eran de aquí y hay cuatro imputados. Espero que vayan a la cárcel y que cumplan las penas íntegramente, pero es que había más implicados».
De sus palabras se podría desprender cierta decepción con la investigación policial, pues solo se imputó a cuatro jóvenes. Pero nada más lejos. Asegura que la investigación fue correcta y tuvo mucho apoyo de la Policía, «yo no tengo ninguna queja. Sí me da coraje porque sé que había bastantes más, pero no hay pruebas». Es más, añade que «me indigna» que algunos de ellos se vanaglorien de que no les han cogido. «Yo sé quiénes son muchos de ellos. Siempre dije que me extraña que no hubiera un vídeo, porque todo se graba. Hubo personas que declararon y luego se volvieron atrás, y gente que lo vio y luego no declaró... Allá cada uno con su conciencia. Por la Policía no tengo ninguna queja», asegura. En su opinión, muchos de los testigos de la agresión, el 20 julio de 2017, tuvieron miedo a declarar. Por eso, agradece los muchísimos apoyos que recibieron de todo tipo de personas, pero cree que «los ciudadanos tenemos que hacer algo entre todos, habrá que moverse, movilizar Gijón y toda España. Entre todos tenemos que pedir que cambien estas leyes», remarca Yolanda Fernández.
Germán tiene puesta la mirada en el futuro. «Yo me noto bien. Ella -por su madre- dice que estoy mal y hay gente que dice 'pobre chaval'. Pues yo me noto bien, aunque ahora hablo mal y camino mal. Pido justicia, pero no les guardo ningún rencor». Eso sí, es consciente de lo que ha perdido: «Yo vivía solo. Ahora voy para casa, no salgo mucho, de fiesta nada... Cambió la vida. Pero tengo mucho apoyo de la gente. El otro día fui a Luanco y me reconoció un camarero. Jolín, te gusta que tengan esa conciencia».
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Yolanda no se olvida de lo que están viviendo estos días otras familias con casos similares, como son Samuel, muerto de una paliza multitudinaria en La Coruña, y Álex, que se debate entre la vida y la muerte tras la agresión que recibió en Amorebieta (Vizcaya). «Doy mi apoyo a toda la gente que está pasando por esto, como a los padres de Samuel y Álex, que es horrible lo que les espera a las familias. Esto tiene que cambiar». Tiene claro lo que hay que hacer para evitar que casos como estos se repitan, pues «parece el deporte nacional, para colgarlo en las redes. A ver quién es más guapo, chulo y ver quién puede más. Pues que se maten entre ellos. Ya no sé que decirte, porque considero que o se mete mano aquí o esto será el Bronx. Ya no puedes salir a la calle».
Germán y Yolanda esperan pasar página pronto. Saben que lo que les espera a partir de octubre aún será muy duro, pero la sonrisa y la actitud con la que Germán afronta el futuro hacen que Yolanda también esboce una sonrisa, aunque se le nota que guarda muy dentro todo lo que lleva acumulado estos años.
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