Amigos y conocidos en el funeral de Carmen Jove. DAMIÁN ARIENZA

«Era una persona entrañable, siempre con una sonrisa y dispuesta a ayudarte»

Familiares, amigos y compañeros llenan la capilla del tanatorio de Cabueñes para dar su último adiós a la médica Carmen Jove González

LUCÍA BARRIO

Jueves, 27 de enero 2022, 20:10

Faltaba espacio en la capilla del tanatorio de Cabueñes para todos los familiares, amigos y compañeros de trabajo que esta tarde quisieron dar el último adiós a la doctora Carmen Jove González, quien llevaba treinta años formando parte del servicio de Urgencias del Hospital de Cabueñes. «Carmen era una persona entrañable. Siempre tenía una sonrisa y estaba dispuesta a ayudarte con cualquier cosa que necesitaras». Con estas palabras, Natalia Iglesias recordaba esta tarde a quien fue su compañera en las urgencias del hospital gijonés durante más de veinte años. Un trabajo que, como señala, «une mucho a la gente». «Son muchas horas, guardias, noches, problemas y situaciones...».

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Las palabras de Iglesias resumían a la perfección el sentir del gran número de trabajadores del hospital se acercaron a despedir a una compañera «de esas que se echan de menos siempre». Así lo reconocía Carlos González quien compartió más de la mitad de su vida con Jove. Primero como compañeros de facultad y después trabajando juntos en Cabueñes desde 1995. «Era una gran profesional y, sobre todo, una gran persona. De esas que dejan un recuerdo grato y de las que te acuerdas toda la vida», relataba emocionado.

Cristina Suárez, aunque hace años que dejó de ser compañera de Jove por un cambio de especialidad, no podía contener la emoción al recordar a quien fue «su primera referente». «El primer curso de residente me lo dio ella y me acuerdo que cuando la vi y la oí hablar pensé en si algún día yo podría llegar a ser como ella». A Suárez le impresionaba lo «bien que explicaba todo y lo profesional que era». «Lo hacía todo tan bien y se veía siempre tan interesada en lo que decía que me hizo mella desde el principio», añade. Lo que no se imaginaba es que acabaría siendo su compañera y, sobre todo, su amiga. «Imagínate cómo la quiero si yo me fui del hospital en 2002 y hoy estoy aquí para despedirla», señalaba. Jove se encargó, además, de formar a generaciones de futuros médicos.

Juanjo Fernández, tras casi 30 años siendo su compañero en Urgencias, aún recuerda con total nitidez la primera vez que vio a Jove. Fue en un congreso en Sevilla en 1992. «Sin duda era una persona que llamaba la atención. Rubia, de pelo largo y muy joven de aquella», cuenta. Fue después de ese primer encuentro cuando comenzaron a trabajar juntos durante casi tres décadas en las que, como explica, «hubo momentos de todo tipo. Buenos, malos, guardias, noches...».

«Teníamos el mismo vicio; fumar. En los cinco minutos que bajábamos a echar un cigarro compartíamos la vida», recuerda emocionado. Al igual que el resto de sus compañeros, Fernández no duda en que Jove deja un vacío irremplazable. «En mi corazón estará siempre. Fue un placer haber compartido tantas horas con ella», admitía.

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