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OLAYA SUÁREZ
GIJÓN.
Martes, 17 de mayo 2022, 00:32
«Debemos ser un servicio público garante de los derechos de los ciudadanos y tener incluso un plus de responsabilidad y sensibilidad para garantizar que ni una sola persona se sienta discriminada en el trato con la administración por ser como es». La alcaldesa, Ana ... González, fue la encargada de inaugurar ayer en la Escuela de Comercio la jornada formativa sobre 'Discriminación, intolerancia y delitos de odio', dirigida a funcionarios municipales con el objetivo de «evitar incurrir en situaciones de discriminación a la ciudadanía».
La regidora mostró su preocupación por «contar con un servicio público de proximidad y no admitir ni una sola muestra de delitos de odio ni de intolerancia en el trato con los demás». Puso como ejemplo «la serie 'Desaparecidos', donde el jefe de la Policía tiene una obsesión: que los policías y los funcionarios ni juzguen ni emitan juicios de valor sobre las personas».
«La masiva asistencia al curso habla mucho de los funcionarios y de la sensibilidad que demostráis por estos temas», apuntó la alcaldesa, quien agradeció «el esfuerzo realizado por venir fuera del horario laboral, después de toda una jornada de trabajo».
El penalista Sergio Herrero, exdecano del Colegio de la Abogacía, fue el encargado de ahondar en los aspectos jurídicos recogidos en el Código Penal respecto a los delitos de odio y de aportar conocimientos básicos a los funcionarios municipales sobre las acciones constitutivas de delito.
«El odio, mientras viva en el interior, no es objeto del Derecho Penal, el pensamiento no es delito, es delito cuando sale al exterior y afecta a los derechos de las personas», explicó el letrado, quien apuntó que en la esfera privada «le corresponde intervenir a la educación y a las acciones de sensibilización». En la esfera pública, es decir, cuando el odio sale del pensamiento y se plasma en acciones o en palabras, «ya intervienen las leyes».
En el caso concreto de los delitos de odio, «se consideran que atacan no solo a la propia persona contra la que va dirigido, también a un colectivo o lo que representa como grupo, es decir, que es atacada por esa especial circunstancia de pertenecer a un grupo», en referencia a su raza real o perceptiva, el origen, el lenguaje, el color, la religión, el sexo, la edad, la discapacidad intelectual o física, la orientación sexual u otro factor similar que pueda motivar un trato diferenciado, en este caso, por parte de los funcionarios municipales que a diario tratan con cientos de ciudadanos.
Entre el público asistente a esta jornada, agentes de la Policía Local, personal de Servicios Sociales y de centros municipales, entre muchos otros departamentos, que escucharon el resto de ponencias de representantes de Mar de Niebla, Fundación Secretariado Gitano, Accem Gijón, Xega y la Fundación Alpe de Acondroplasia. Todos ellos hicieron hincapié en la obligación de no discriminar a ninguna persona que tenga relación con la Administración local y, también, de hacer cumplir todas la garantías de derecho y de trato digno.
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