La 'Fortuna Balnearia' saldrá a subasta antes de que acabe el año

El precio de salida hace dos años iba a ser de 90.000 euros. La propiedad cree que la declaración como BIC revaloriza el ara. Sin embargo, otras fuentes consultadas consideran que sucede más bien al contrario: si un bien es BIC está sujeto a muchas restricciones legales y eso a los posibles compradores les retrae.

La Consejería de Cultura remarcó ayer que la protección de la 'Fortuna Balnearia' como BIC implica derecho de tanteo y retracto para el Estado o el Principado -un derecho preferente para su adquisición frente a terceros igualando el precio de venta-, y la inexportabilidad.

El altar romano lleva más de 20 años fuera de Asturias y desde que se retiró de la subasta permanece custodiado en la casa de subastas madrileña. Al enterarse de las intenciones del propietario, la directora de Segre, Mercedes San Miguel, manifestó ayer que «si cumple todos los requisitos está en su derecho de ponerla a la venta y nosotros encantados de sacar una pieza tan importante». Del Castillo y la Consejería de Cultura tendrán que verse en los tribunales porque el propietario asegura que el ara fue inventariada como patrimonio cultural de Asturias en 2014 sin su conocimiento. Esta catalogación fue la que invocó el Principado hace dos años para paralizar la subasta al tiempo que iniciaba los trámites para declarar el ara BIC.

El ara estuvo diecinueve siglos bajo tierra hasta que fue descubierta en 1820 en el barrio de La Mortera, al lado del poblado de Santa Bárbara. La lápida es un bloque paralelepípedo de arenisca en la cual se distribuye un texto repartido en siete líneas, enmarcadas la superior por una cenefa moldurada y dos rosetones. En la parte inferior, bajo la cenefa igualmente moldurada, se representa un adorno geométrico de semicírculos concéntricos. Tanto la parte inferior como la superior de la pieza se encuentran deterioradas.

El texto cuenta con un trazado regular y letra bien definida, lo que apunta una cronología aproximada de época flavia. La traducción de la inscripción es la siguiente: «T(itus) Pompeius Peregrinianus a (ladiosa) Fortuna de los baños, para su salud y la de los suyos». Se trata de una pieza arqueológica única y enorme valor histórico que tiene hasta una calle con su nombre en Gijón.

La última vez que los gijoneses tuvieron ocasión de contemplar este elemento histórico fue en 1995, en el marco de la exposición 'Astures' en el Centro de Cultura Antiguo Instituto.