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EDUARDO PANEQUE
GIJÓN.
Lunes, 10 de octubre 2022, 00:54
Todos los dirigentes, y los candidatos, coincidían en destacar la altísima participación. Esto lo decían antes de empezar a sumar votos, a las ocho de la tarde. 899 militantes, de los 1.197 con derecho a voto, habían acudido a la Casa del Pueblo. Lo ... nunca visto: el 75%. En la experiencia más reciente, cuando venció Monchu García en abril, no se había llegado a los 800.
A esas horas, y aunque el recuento duró menos de sesenta minutos, todo eran especulaciones. Las dos candidaturas se veían fuertes. ¿Y esa movilización, a quién beneficiaría? Los veteranos militantes que promovieron las primarias lo tenían claro: a Luis Manuel Flórez, 'Floro'. Así lo pronosticaban instantes previos.
Y así fue, sea ese u otro motivo. Ya todo apuntaba en esa dirección cuando se terminó de contar la primera mesa -eran dos- a las 20.30 horas. Floro ya tenía una ventaja de 62 votos. La segunda lo confirmó y elevó la diferencia entre uno y otro hasta los 122. En el acta final, 21.11 horas: Floro obtuvo 504 votos, Ana Puerto 382, y hay que añadir 4 nulos y 9 en blanco. El resultado no da pie a muchas interpretaciones. La expectativa era máxima. Los militantes que se acercaron a esas horas a la Casa del Pueblo podían seguir desde unos metros de distancia, y tras un cordón, como se iban sumando votos. Un ir y venir en el salón de actos hasta que el resultado fue pasando de boca a oreja. No hubo una comunicación oficial, sino una versión tradicional del 'pásalo'. Las decenas allí agolpadas, ya sabedoras de cómo había acabado este proceso, contenían emociones, más allá de besos y abrazos entre los apoyos de Floro, que terminaron por explotar cuando entró Monchu García a la sala con la sintonía socialista sonando de fondo.
El secretario general del PSOE en Gijón evitó hablar de vencedores y perdedores sino que pidió «un aplauso al conjunto de la Agrupación», y aunque visiblemente emocionado con el triunfo del que fue su apuesta, Floro, tuvo también palabras para Ana Puerto en esa intervención inicial: «Gracias por haber sido partícipe de este ejercicio de democracia».
Lo de la participación también es algo que se quiso destacar desde la FSA. En representación de la dirección socialista estuvieron presentes la vicesecretaria general, Gimena Llamedo, y el secretario de Coordinación, Julio Tamés. Durante el recuento estuvieron compartiendo conversación con el secretario de Organización del PSOE gijonés, César González. Tras conocerse el resultado, Llamedo también destacó la «alta participación para elegir al próximo alcalde de Gijón».
En esa clave estaban todos los que ayer se quedaron celebrando los resultados hasta pasadas las diez de la noche, en lo que toca ahora, la culminación de un giro socialista que empezó hace ya dos meses cuando se empezara a tontear con la idea de forzar unas primarias que eligieran el candidato a la Alcaldía.
Pero la estrella de la noche era Floro, que ahora tiene sobre sí la presión de cumplir con las expectativas creadas en torno a su figura. Consciente de ello arrancó su discurso con un tono humilde: «Soy consciente de que tengo mucho que aprender porque vengo de donde vengo». También con voz quebrada, y con paquete de kleenex a mano en el atril. «Por si hiciera falta», dijo.
El ya candidato del PSOE en las elecciones del 28 de mayo, tras conocerse su rotunda victoria, dijo eso que es un clásico de estas citas: lo de ponerse a disposición del secretario general, el partido y los miembros del Ayuntamiento. En su caso, según argumentó: «para comenzar a construir una visión de futuro de nuestra ciudad, porque creo que para eso me habéis invitado y aquí estoy, con todas las ganas del mundo».
En estos primeros instantes, y muy a diferencia de las entrevistas de los primeros días cuando presentó su candidatura, Floro ha ido encontrando su tono mitinero. Lo demostró ayer con el grito de guerra: «¡A por Gijón!». Dijo que «hoy (por ayer) comienza un nuevo tiempo que nos llevará a conectar mucho más con un Gijón que ya está en marcha». Reiteró lo que ya viene diciendo en toda la campaña, su apuesta por una ciudad «con alma industrial, corazón de acero, cabeza tecnológica y unas manos para que no se quede nadie atrás». Reivindicó un Gijón «valiente, igualitario e inclusivo».
Dijo una frase que, tras estos intensos dos meses, sonó, ahora sí a cierre de una etapa: «Las primarias han finalizado», y él mismo fue quien pidió que «desde hoy seamos un partido unido, con un programa electoral, desde unos valores y una ética».
Por momentos de su discurso pareció que no fuera el PSOE quien gobierna a día de hoy en la ciudad ya que Floro señaló que «vamos a necesitar unir codos y manos para dar respuesta a esta ciudad». Y hasta tuvo hueco, en un discurso improvisado y sin leer, para hacer un guiño a la palabra de moda: «Me disteis ilusión, esperanza y serenidad, porque con tanto barullu...».
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