El fiestón de la Taberna del Piano

Llegaron en taxi con sendos antifaces puestos pensando que acudían a una comida con los quince compañeros de baño de Jose Moirón. Sin embargo, cuando se bajaron se encontraron con una ensordecedora ovación de ¡430 personas! Así fue la fiesta sorpresa organizada el domingo, en El Duque, para homenajear como se merece al matrimonio formado por Jose Moirón y Maite Sanz, quienes pusieron en marzo punto final a sus 34 años al frente de La Taberna del Piano, el popular 'chers' de la Rampla donde han gozado durante tan largo tiempo de una clientela fiel entregada al gran ambiente creado por esta gran familia: el matrimonio recién jubilado, su hija Montse, su sobrina Vanessa e incluso los dos nietos Adán y Noa, que colaboraban los fines de semana. Los primeros se han jubilado mientras los otros cuatro cambian el chip.

Se bajaron del taxi Jose y Maite y, como colofón al griterío, sonó de fondo el tema 'Será porque te amo'. Les gritaron «bienvenidos», les llamaron «guapos», les empezaron a regalar abrazos y los distinguidos arrancaron a llorar de la emoción. No faltó de nada. En la planta alta de El Duque hubo una gran espicha, repartieron regalos, recibieron una gran placa con la inscripción de las grandes fechas de La Taberna del Piano y Maite derramó un nuevo torrente de lágrimas con el gran ramo de flores recibido. Hubo también declaraciones de afecto, de amor, de complicidad, micrófono en mano, algún poema, chistes y, como colofón, un pinchadiscos que dio rienda suelta en versión baile a la entente de las 430 almas reunidas en la fiesta, en un día que tuvo como regalo adicional un sol imprevisto que animó a muchos a disfrutar también de los jardines. Detrás de la perfecta organización estaban Montse y Vanessa. Y junto a ellas la legión de amigos y clientes que disfrutaron de lo lindo y dejaron en la memoria colectiva la satisfacción, y el agradecimiento, por las cosas bien hechas. «No sé qué podré hacer para devolver siquiera mínimamente todo lo que hemos recibido», comentaba al final, abrumado, José Moirón.

Se acabó una era, brillante, en La Taberna del Piano. Y hoy mismo, un día después del fiestón, se iniciaba otra, con el nuevo dueño, Hugo Pérez, manteniendo en el vermú la tradición de la tortilla e incluyendo a modo de bienvenida jamón al corte. Los martes seguirá siendo día de descanso pero mañana, de manera excepcional, La Taberna del Piano abrirá también sus puertas. La vida sigue.

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