Rosa María Fernández, Cenci Braña, Marina Menéndez y Mely Fernández, hijas de cuatro encerrados, ayer, ante la iglesia de San José. FOTOS: CAROLINA SANTOS

«Las familias sentimos dolor y orgullo por su lucha»

Nueve días de encierro en San José. Hoy se cumplen 50 años del desalojo violento de la iglesia de 300 pensionistas que exigían mejoras en 1971

SUSANA D. TEJEDOR

Sábado, 25 de septiembre 2021, 00:37

Mi padre fue de los más perjudicados a la hora del desalojo. Recibió muchos palos y tuvo que estar ingresado. Le hicieron un consejo de guerra; le pedían tres años de cárcel y como estaba mal de salud se lo conmutaron por el destierro en ... Castellón en un hospital de silicosis». Es Marina Menéndez quien habla de su padre, Florentino Menéndez, 'Florín', uno de los 300 pensionistas que en 1971 protagonizaron un encierro histórico en la iglesia de San José. «Mi padre estuvo desterrado dos años y solo pusimos ir a verlo una vez. Fue muy duro no poder disfrutar de él y, además, no estaba nada bien visto tener un padre en la cárcel», rememora.

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Hoy se cumplen 50 años del desalojo policial «muy violento» de unos hombres que decidieron dejar a familias para luchar por lo que creían que era justo. «Nuestros padres y madres, abuelos y abuelas vivieron durante la dictadura franquista en sus carnes lo que hoy nuestros hijos leen en los libros y ven en las películas, pero sucedió, fue real y fueron los nuestros quienes interpretaron aquel guion». La edil de Memoria Democrática, Salomé Díaz Toral, se unió al homenaje organizado por la Fundación Juan Muñiz Zapico para poner «en conocimiento de la actualidad de Gijón la existencia de este encierro en la historia de Gijón y la historia del movimiento de pensionistas», dijo su director Benjamín Gutiérrez.

«Unos valientes»

La Fundación Juan Muñiz Zapico ha solicitado al Ayuntamiento una placa que recuerde la lucha de estos pensionistas

Para los familiares, algunos de los cuales acudieron ayer, los recuerdos del encierro son de días «muy dramáticos porque ellos estaban aquí y no sabíamos cómo iba a acabar, pero suponíamos que no iba a ser bien, y estábamos sin nuestros padres», contaba Marina Menéndez.

También para Rosa María Fernández, hija de Joaquín Fernández, 'Espina', los recuerdos son muy duros. «Pero sentimos dolor, orgullo y reconocimiento de su lucha para llegar hasta donde estamos. Es muy importante el camino que ellos anduvieron». Que medio siglo después del acontecimiento se les recuerde y se les ponga en valor es para sus descendientes «muy emocionante. Nos ayuda a recuperar toda la memoria que tienes ya difusa», añade la hija de 'Florín'. La repercusión de este suceso fue tal que el domingo, tras la salida de los pensionistas, hubo huelga de misas en la ciudad. La Fundación ha solicitado una placa conmemorativa en la que se explique el encierro, «para que no se olvide la lucha de unos valientes», matizó Gutiérrez. Se unieron el secretario general de CCOO de Asturias, José Manuel Zapico, y los secretarios generales de pensionistas estatal, Vicente Llamazares, y de Gijón, Chema Gómez Claro.

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