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Ó. PANDIELLO
GIJÓN.
Sábado, 21 de octubre 2017, 01:28
Llegó a los cinco años desde Tudela Veguín y, desde aquel momento, no abandonaría Ceares durante el resto de su vida. El líder vecinal José Manuel González Quintanal falleció ayer a los 87 años de edad tras varias décadas dedicadas a su barrio y al ... fútbol, una pasión que le llevaría a conocer buena parte del deporte base gijonés como entrenador. La pérdida movilizó ayer a buena parte de sus allegados, que se trasladaron al tanatorio de Cabueñes para arropar a su familia, ligada también al desarrollo del barrio.
El primer contacto de Quintanal con el mundo vecinal fue a través de la peña Amigos de Ceares, fundada en 1975 para que las amistades nacidas en el barrio gijonés no se perdieran con el paso del tiempo. La entidad, que perdura hasta hoy, sirvió como cohesión entre los integrantes del barrio, llegando a convocar a más de un centenar de personas en un encuentro intergeneracional.
A finales de 2002, Quintanal se juntó con varios vecinos para dar un paso al frente. En ese momento, no era suficiente convocar un encuentro anual entre amigos y residentes de Ceares, sino que las inquietudes y necesidades del barrio iban más allá. Así nació la asociación de vecinos de La Cruz, que se constituyó en 2003 y tuvo a Quintanal como primer presidente.
«Se fundó para luchar por las cosas que no teníamos. Hicimos cortes de carretera y nos hicimos oír, que era lo que se necesitaba. Y ahí José Manuel tuvo un papel muy importante», rememora Pilar Ruiloba, actual vicepresidenta de la asociación de vecinos La Cruz. Es una de las pocas que siguen trabajando en la entidad vecinal desde su fundación y, como compañera y amiga, recuerda con enorme cariño la figura de Quintanal. «Era una persona de carácter fuerte. Una persona que fue muy peleona en todas las facetas de la vida. Luchó por el barrio todo lo que pudo y eso hay que recordarlo. Un abrazo a la familia, también de aquí de toda la vida», destaca.
El directivo del Unión Club Ceares Roberto Colunga también quiso sumarse a las condolencias hacia una persona que «además de entrenador fue un amigo». Coincidieron durante año y medio en la disciplina del club y, a su juicio, la labor desempeñada por Quintanal en el Ceares y en buena parte de los equipos del concejo será siempre recordada. «Era una persona espontánea, con un encanto particular. Se desvivió por el fútbol hasta que el cuerpo le aguantó», explica. Hoy, a las cinco de la tarde, sus allegados podrán decirle un último adiós en el tanatorio de Cabueñes.
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