Fernando Fueyo. EC

Fallece a los 85 años Fernando Fueyo, histórico capellán del Sporting y párroco jubilado de El Coto

Deja huérfanos a un equipo, un barrio y una ciudad de su pasión futbolera, fervor religioso e infatigable sorna

Jueves, 23 de junio 2022, 12:02

El histórico capellán del Sporting y párroco jubilado de San Nicolás de Bari, Fernando Fueyo, falleció en Gijón a los 85 años. Se marchó sin poder ver cumplido su sueño de disfrutar de su querido equipo de nuevo en Primera. Deja huérfana a la ciudad, ... a su equipo y su barrio de sus características vocación religiosa, pasión futbolística e infatigable sorna. «Yo siempre digo que soy del Sporting desde nueve meses antes de nacer», afirmaba en una de sus últimas entrevistas antes de jubilarse, la que concedió a EL COMERCIO en septiembre de 2019. Llevaba tan dentro el sportinguismo como la fe y solo le faltaba lucir sotana rojiblanca. Fueyo respiraba, disfrutaba y, más a menudo de lo que le hubiera gustado, sufría Sporting. Añoraba África, Burundi en concreto. Y vivía un barrio, El Coto, donde fue párroco durante 37 años en la iglesia de San Nicolás de Bari, y donde aún residía tras su jubilación en septiembre de 2019.

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La capilla ardiente de Fernando Fueyo con coronas del Sporting en honor a quien fuera su capellán. TUERO

Gijonés de pro, nació en la escalera 3, «a diez metros del mar», un 23 de abril de 1937. Se crió en una familia profundamente religiosa, encabezada por un padre, Manuel, muy creyente a quien le hizo ilusión que sus hijos se dedicaran al sacerdocio: su hermano mayor entró en el seminario cinco años antes que él y su única hermana también se hizo monja. Cursó sus primeros estudios con los 'Baberos' en la Fundación San Eutiquio y con apenas 12 años llegó al Seminario Menor de Comillas (Cantabria).

Allí, en su Universidad Pontificia, se ordenó el 18 de marzo de 1962. Tenía 24 años. Antes, su padre «preguntó si estaba completamente seguro del paso que iba a dar, no quería que lo hiciese presionado por su devoción o por la de mis hermanos». Su primer destino fue en La Felguera, como coadjutor, donde permaneció hasta 1965. «Lo recuerdo con mucho cariño porque el primer amor nunca se olvida», aseguraba en una entrevista. Y eso que el bautismo fue de fuego: le tocó la 'Huelgona del 62' y oficiar el funeral de más de un minero. Más tarde fue trasladado al Seminario de Oviedo, donde impartió clases de Filosofía y se encargó de formar a los más pequeños.

El corazón en Burundi

Fue el 11 de septiembre de 1970, con apenas 33 años, cuando inició la que sería la gran experiencia pastoral y espiritual de su vida al desembarcar en Burundi (África) junto al sacerdote Eladio 'Yayo' González. «Éramos jóvenes y nos habíamos lanzado a ir sin pensarlo», aunque prácticamente no supieran situar el país en el mapa. Esa decisión repentina marcaría para siempre a Fueyo, que aprovechó la pandemia para dejarla recogida en su libro 'No te olvides de Burundi'. Una parte de su corazón, siempre lo dijo, se quedó allí. También quedó en el país africano la impronta de Fueyo, en forma de un hospital que lleva el nombre de Asturias y un equipo de fútbol, el Molinín. La misión permaneció abierta hasta la década de 1990, cuando tuvo que ser abandonada tras la guerra civil entre hutus y tutsis. Fueyo había regresado a Asturias en 1981. Se fue llorando.

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A su regreso, fue destinado a la parroquia de Trevías, en Valdés. Pero tenía una misión: dar vida a una nueva parroquia en El Coto, la de San Nicolás de Bari, que «como bien pone un cuadro a la puerta, fue construida gracias a la generosidad de los feligreses». El barrio tenía fama de «ser muy de izquierdas, muy comunista, y el obispo me dijo que ni se me ocurriera ponerme sotana, pero luego no fue para nada así. Hubo una colaboración mutua desde el principio», reconocía. Cura popular donde los haya, impulsó multitud de iniciativas a favor de Cáritas y otros colectivos, labor que alternó primero con la enseñanza en institutos y después, durante nueve años, con el arciprestazgo de Gijón. Su última misa la dio tras 36 años al frente de la parroquia y no pudo contener las lágrimas.

La primera misa que ofició en El Coto había sido el día de Navidad de 1983. En ella dijo aquello de «¡San Nicolás no os fallará jamás!», lema que junto al de «¡Hala Sporting!» le ha acompañado siempre. Fue por aquellos años cuando entró a formar parte del Real Sporting de Gijón como segundo capellán y 'ascendió' al primer puesto en 1997. Casó a más de un futbolista -Villa entre ellos- y bautizó a muchos de sus hijos, prueba de la estrecha relación personal que siempre mantuvo con los jugadores y el equipo técnico del club. De hecho, no quiso jubilarse como capellán: «Hasta que la muerte nos separe», aseguraba en 2019. Desgraciadamente, esta llegó antes de que se cumpliera su pronóstico de «morir siendo capellán de Primera». Pese a su marcha, al Sporting, a El Coto, a Gijón, Fernando Fueyo no fallará jamás.

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La capilla ardiente de Fernando Fueyoquedará instalada a partir de las 17 horas en la parroquia de San Nicolas de Bari. La misa funeral se celebrará el viernes en la citada parroquia y estará oficializada por el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes.

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