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P. SUÁREZ / E. GARCÍA
GIJÓN.
Miércoles, 10 de julio 2019, 01:03
R. E. J., de 32 años, falleció ayer en las dependencias de la Comisaría de la Policía Nacional de El Natahoyo, según una nota oficial, «por causas naturales». Un portavoz de la Comisaría confirma que el detenido, que era politoxicómano, fue hallado sin ... vida por la mañana y los servicios de emergencias que se desplazaron al lugar únicamente pudieron certificar su muerte.
Durante su estancia en los calabozos fue controlado para proceder a los trámites propios de la detención, «sin que en ningún momento solicitara asistencia médica o manifestara encontrarse en mal estado». Pero ayer por la mañana no respondía a los requerimientos de los funcionarios encargados de la investigación. Fue tras apreciar que el detenido no reaccionaba a los estímulos cuando el personal encargado de su custodia decidió dar aviso a los servicios médicos del SAMU.
El responsable del equipo de emergencias que acudió de forma inmediata a las dependencias policiales únicamente pudo constatar el fallecimiento del detenido, por lo que procedió a poner los hechos en conocimiento del Juzgado de Guardia.
El médico forense que se personó en la Comisaría acordó el levantamiento del cadáver y su traslado al Instituto de Medicina Legal, en Oviedo, para la realización de la autopsia, que determinará fehacientemente las circunstancias del fallecimiento, que según adelantó la Policía se habría debido a causas naturales.
El joven acumulaba veinticuatro detenciones, diecisiete efectuadas por la Policía Nacional y otras siete por la Guardia Civil. En su mayoría se debieron a delitos contra el patrimonio. Por motivos similares había sido detenido el lunes por la tarde. Los agentes lo arrestaron como presunto autor de tres sustracciones en el interior de vehículos que se había cometido el pasado mes de junio.
David Blanco, un caso similar
No es la primera vez que un hombre fallece en los calabozos de la Comisaría de Policía de Gijón. En el año 2008, el joven de 22 años David Fernández Blanco murió horas después de haber sido detenido por agentes municipales en el barrio de El Natahoyo. Había sido sorprendido in fraganti en el interior de una academia a la que supuestamente había accedido mediante la fractura de los cristales de la puerta. Antes de ser conducido a la Comisaría, Fernández Blanco fue trasladado a un centro de salud, una práctica habitual que precede al ingreso de un detenido en los calabozos, sobre todo cuando los arrestos han requerido el uso de violencia física.
Su familia rechazó la versión de la Policía y del forense de que el fallecimiento se debió al consumo de drogas, si bien las investigaciones judiciales, tanto en primera instancia como en el Tribunal Superior de Justicia de Asturias, concluyeron que no se apreciaba delito por parte de los agentes que lo custodiaban.
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