«Tenía mucha experiencia con la bici, debió de perder el control»

«Era una persona muy experimentada en la bici, debió de perder el control y todo apunta a que recibió un impacto contra un árbol», señalaba este familiar ayer, consternado por lo ocurrido, al igual que los muchos amigos, compañeros de trabajo y de afición que deja este enfermero residente en el barrio de El Coto desde hacía años.

«Fue una fatalidad, tuvo muy mala suerte», añadía. Al parecer, el fuerte golpe le ocasionó un edema cerebral. Permaneció en la UCI del Hospital Central de Asturias (HUCA) durante horas, pero nada se pudo hacer por su vida. Falleció a primera hora de la tarde del sábado. Precisamente él trabajaba como enfermero en las urgencias de otro centro hospitalario, el del Valle del Nalón, donde lo recuerdan «como un gran compañero y una muy buena persona».

Su hermano Adrián destacaba que la familia está recibiendo en las últimas horas muchas muestras de cariño desde diversos ámbitos de la vida de Aníbal: «Tanto de sus compañeros de bicicleta como de quienes trabajaban con él en el hospital de Riaño; era una persona muy extrovertida que siempre se preocupaba por ayudar a los demás, por eso no nos extrañan estas muestras de cariño que estamos recibiendo. La gente le quería mucho».

Fue un grupo de ciclistas el que lo encontró inconsciente en mitad del camino. La bicicleta estaba junto a un badén y el herido, pegado a un árbol. Le practicaron las labores de reanimación durante media hora, hasta que los sanitarios llegaron y se hicieron cargo de la situación.

Los testigos habían conseguido mantenerlo con vida, pero su estado era de extrema gravedad. Pese a llevar el casco de seguridad, el impacto le provocó un severo traumatismo craneal. El lugar del siniestro es de técnica complicada incluso para ciclistas expertos como era el caso de Aníbal Díaz.