-Está en la recta final de su mandato. ¿Cuál es el balance de estos ocho años?
-Resumir eso es complicado, pero sí tengo claro es que fueron ocho años de cambios. En todos los sentidos. Como en el político; antes solo había tres partidos en el Ayuntamiento y ahora hay seis. Así que cuando tienes un proyecto, tienes que hablar y consensuar todas las cosas con seis en lugar de con tres. Para lo bueno y para lo malo, es un cambio. Fueron ocho años también de crisis, que provocó cambios en los hábitos del consumidor: se generaron otros canales de venta, surgió el tema 'low cost'... El escenario que conocía cuando empecé al de ahora es totalmente diferencia. Y también hubo cambios de legislación. Por primera vez, el Gobierno central hizo una ley que afectó bastante a nuestro modelo de negocio.
-A pesar de los cambios, ¿han mantenido el número de socios?
-Sí. Logramos, a pesar de los cierres, mantener el número de socios, que ronda los 870. Nos mantuvimos, que no es poco, incluso en estructura de personal. Otro hito importante durante estos años fue el cambio de los estatutos del ámbito territorial. Pasamos a ser la Unión de Comerciantes de Gijón y Carreño a ser la del Principado. A día de hoy, trabajamos en Gozón, Aller y empezando en Grado.
-¿Cuál es el calendario para elegir al nuevo presidente?
-El lunes tuvimos el último comité ejecutivo de este mandato y fue donde convocamos el proceso electoral. Empezará el 9 de octubre y habrá quince días para presentar candidaturas. Si el día 23 por la noche solo hay una candidatura, se reunirá la junta electoral y, en ese caso, automáticamente se proclama a ese candidato. Si hubiera más de una, entonces empezaría el período de elecciones.
-¿Por qué aún no hay un nuevo Plan Local de Comercio?
-Estuvimos bastante encima de este tema con el Ayuntamiento durante varios años, desde que no está en vigor. Tenemos la promesa municipal de que ya están en ello y nos consta que han estado trabajando en estos últimos meses en este plan.
-Todavía hay numerosos locales cerrados en Gijón. ¿Qué hace falta para promover las aperturas?
-Consumo. Estos ocho años, como comentaba anteriormente, han sido de crisis y, como comenté en el comité ejecutivo, quizá me marcho con la espinita clavada de no haber visto, durante mi mandato, la reactivación del consumo. Pero es un problema global; nosotros podemos ayudar, pero no tenemos la fórmula mágica. Por el momento, seguimos con el consumo muy bajo.
-¿Son necesarias más actividades de dinamización en la calle?
-En este tiempo, intenté que la Unión de Comerciantes se adaptara a la situación que vivimos en cada momento, a las necesidades tanto de los empresarios como de los clientes. En esos momentos, necesitábamos salir a la calle, estar más cerca de nuestra clientela, en un época en la que estaba pasando dificultades y decirle: «Aquí estamos nosotros y os vamos a favorecer». De esta manera, también abríamos nuestra asociación más hacia el público en general. No somos un colectivo solo de empresarios que estamos en una oficina, sino que estamos en la calle. Quizá sigue siendo el momento para hacer promociones e intentar dinamizar el consumo y vivir momentos sociales con nuestra clientela. Ahora tenemos una campaña activa en el centro que consiste en el reparto de 'rascas' para conseguir entradas para BNFIT-Talaso. Pero durante estos años tampoco nos olvidamos de la tecnología.
-¿El pequeño comercio necesita acercarse más a las nuevas tecnologías?
-La innovación en el comercio es igual de importante que en otros sectores. Debemos innovar para intentar ser muchísimo más competitivos. Pero innovación no es solo tecnología, es cualquier producto nuevo, cualquier campaña que hagas en tu empresa para diferenciarte de la competencia, comprar una máquina para hacer un proceso diferente... Tener una página web, en estos momentos, no es innovar porque casi todo el mundo vende por internet.
-¿Es muy grande la repercusión de la competencia que supone la venta 'on line'?
-Por supuesto. Dentro de los cambios que comenté, uno es que la competencia antes era otra y ahora es 'on line'. Hay muchas empresas que están vendiendo, por internet, desde otros lugares con otras reglas de juego. Lo bueno y lo malo que tiene la globalización es esto. Igual que nosotros podemos vender un producto a Alemania también pueden hacerlo otros aquí con otras condiciones fiscales más ventajosas. Cuando realicemos esa compra, debemos pensar que estamos llevando nuestra riqueza a otros países donde esas empresas pagan sus impuestos.
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