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AGENCIAS
BRUSELAS.
Martes, 12 de diciembre 2017, 00:59
Comienzan en la UE las negociaciones por las cuotas de pesca de 2018. Y lo hacen con dos aspectos en discusión: la necesidad de equilibrar los recursos pesqueros, pero también de garantizar el empleo en un sector en declive, al menos en Asturias. De ahí ... que todos los pescadores del Principado, principalmente los de merluza y pixín, miren estos días inquietos a Bruselas. No en vano, la previsión es que el recorte en ambas especies pueda alcanzar hasta el 30%. La negociación de cupos concluye hoy y ayer la ministra de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, que mantuvo reuniones bilaterales con otros socios europeos buscó el apoyo de Francia, Alemania y Reino Unido, pidió precisamente que ambos aspectos, ecológico y económico, tengan «un equilibrio» en el resultado final del debate y asegura que la propuesta inicial de Bruselas «dista un poco» de las prioridades de España.
«De manera general, España siempre defiende los objetivos medioambientales, pero solamente serán factibles si los hacemos compatibles con los objetivos socioeconómicos, por lo que el trabajo de estos días es mejorar las propuestas de la Comisión», insistió. «La experiencia además nos da la razón», argumenta Tejerina, para después recordar que la posición de España es «defender incrementos de las posibilidades de pesca» pero al mismo tiempo «sin perder de vista alcanzar el Rendimiento Máximo Sostenible (RMS). En concreto, la responsable de Pesca del Gobierno ha asegurado que preocupa «de manera importante» el recorte del 30% planteado para la merluza, una población para la que España pide extender un año el plazo para alcanzar el RMS.
Tejerina pone el énfasis en el jurel y el bocarte capturados en aguas frente a la costa portuguesa y en el Golfo de Cádiz. «Quizá es donde debamos centrar una mejora más sustancial de la propuesta planteada por parte de la Comisión», manifestó. Otras especies que preocupan son la merluza norte, el gallo y el pixín de aguas del norte.
Del mismo modo, la ministra señala que no se dejará «de lado» la situación de la cigala capturada en el Cantábrico, para la que España pide «una pequeña cuota» frente a la posición de Bruselas, que propone mantener el cierre de la pesquería. Sin embargo, Tejerina evita detallar cuál es la cifra concreta que pide España para esta población el próximo año. «Son muchas las especies en las cuales creemos que hay un margen de mejora. A la Comisión le insistimos en que es su responsabilidad y nuestra responsabilidad hacer una política equilibrada», apunta.
«Trabajaremos por preservar los recursos, pero yo lo hago también para mejorar la renta y el nivel de vida de los pescadores». Éstos, desde la Confederación Española de Pesca (Cepesca), solicitan a la Unión Europea que asegure la estabilidad del sector pesquero europeo en la asignación de totales admisibles de capturas y cuotas.
Según la organización española, la UE debe tener en cuenta la consecución de los objetivos sociales, económicos y de empleo del sector y no «obsesionarse» por la sostenibilidad medioambiental inmediata, algo que, a juicio de Cepesca, «parece su única prioridad». La patronal recuerda que el objetivo de la Política Pesquera Común (PPC) es compaginar estos factores y asegurar el suministro de alimentos de la mar a la población europea. Cepesca, que aboga por conseguir el rendimiento máximo sostenible (RMS) de las poblaciones de peces en 2020, añade que en los últimos años las medidas de gestión adoptadas han ocasionado un descenso considerable del esfuerzo pesquero y de la mortalidad por pesca, lo que ha permitido recuperar la biomasa de las poblaciones.
La propuesta de la Comisión Europea aboga por incrementar o mantener las cuotas de 53 poblaciones y reducirlas para 25. Por lo que se refiere a las bajadas, Cepesca apunta que sus propuestas no tienen en cuenta aún las cuotas destinadas a cubrir la aplicación de la obligación de desembarque, sino solo uno de los esquemas planteados por los científicos del ICES para conseguir el RMS en 2018. De cara a la reunión de Bruselas, las solicitudes de la patronal española se concretan en mantener las cuotas actuales para la flota de aguas de la UE no españolas o una bajada del 3,7%, en el caso de la merluza norte, frente a la propuesta de reducción del 19%, ya que las capturas y la biomasa se encuentran en los niveles más altos de la serie.
Por lo que se refiere al pixín, incide en que se mantengan las cuotas frente a la propuesta de reducción del 12%, ya que los índices de biomasa y reclutamiento «muestran una gran variabilidad interanual sin una tendencia clara». Por último, y respecto al gallo, pide un incremento del 9%, frente al descenso del 10%, dada la «abundancia» actual del stock y el crecimiento de la biomasa de reproductores. Respecto a las Aguas Ibéricas, la patronal es partidaria de mantener la cuota de la merluza sur frente a la propuesta de reducción del 30%, incrementar la cuota del jurel del Golfo de Cádiz o mantenerla, frente al descenso de 24% y mantener la del boquerón.
También quiere que se mantenga la cuota de pixín del Cantábrico-Noroeste y Golfo de Cádiz frente a una bajada del 2% propuesta por Bruselas. En cuanto a la cigala del Cantábrico-Noroeste, Cepesca pretende que se permitan algunas capturas frente al TAC 0 y, en lo referente a la cigala del Golfo de Cádiz, solicita 100 toneladas para la Unidad Funcional 30.
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