Eva Illán (Fuenterrabía, 1968) es una de las veteranas del equipo de gobierno local. Lejos de 'quemarse' en el cargo, dice estar «agradecida», porque su concejalía le permitió llegar del País Vasco y «acceder a muchas realidades de Gijón», de otro modo inalcanzables. Hoy, con las elecciones y el cambio de Corporación a la vuelta de la esquina, confía en «haber convertido esa satisfacción en una gestión eficaz», que defiende ante las preguntas de EL COMERCIO.
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-Los 500.000 euros de la tercera convocatoria de la renta social en noviembre volaron. Fueron insuficientes, a juzgar por las colas.
-Con esa partida éramos plenamente conscientes de que iba a ser imposible satisfacer la demanda. Fue una decisión meditada. Una convocatoria con más presupuesto era inviable en la situación económica del Ayuntamiento y se estuvo barajando la posibilidad de no sacarla. Decidimos que esos 500.000 euros podían sacar del aprieto a más de una familia.
-Se dijo a quienes quedaron fuera que su solicitud se incluiría de oficio en la siguiente convocatoria, si se abría en un plazo seis meses. ¿Es viable hacerlo antes de abril?
-A día de hoy no estoy en posición de poder garantizarlo. En principio, en el presupuesto de 2019, aparecen contemplados 3,2 millones de euros para renta social. Pero hay otra serie de gastos que atender. Por ejemplo, para ayudas a la integración nos encontramos con una partida de 400.000 euros y es más que previsible que andemos cercanos a una ejecución de 1,8 millones. Las becas comedor aumentan cada año y el nuevo contrato para las trabajadoras de la ayuda a domicilio incluye una serie de mejoras, que tienen una traslación económica.
-Y todo eso sale de la renta social.
-Claro. ¿Cuándo será el momento de hacer de nuevo cuentas? Cuando se produzca la liquidación del presupuesto del Ayuntamiento. Con los remanentes que se generen podremos hacer cálculos, ver en qué situación estamos y si es factible o no hacer una nueva convocatoria.
-¿Cuándo será?
-Se está barajando marzo o principios de abril.
-Entonces será muy complicado que la convocatoria salga antes de que se agote ese plazo.
-Es muy complicado, pero no imposible. Tendríamos solicitudes suficientes con las que se presentaron en la convocatoria de noviembre, así que el requisito para poner en marcha una nueva convocatoria sería solo poder proveer el dinero. No necesitamos tanto margen temporal. El único requisito ineludible es tener una partida presupuestaria dispuesta para esto y las ayudas al consumo energético.
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-Las elecciones están a la vuelta de la esquina. ¿Su compromiso con la renta social depende de si necesitan a Xixón Sí Puede?
-Hay un concepto equivocado sobre cómo se gestó y surgió la renta. En nuestro programa electoral, incluimos unas ayudas que tenían el mismo objetivo que la renta, aunque cambiaba su configuración y cómo se establecían los criterios para acceder a ellas. Antes de tener que buscar apoyos en la izquierda, Foro fue el Ayuntamiento asturiano que más incrementó las ayudas sociales. Realmente, el interés por las familias no lleva sesgo ideológico de izquierdas o derechas, es solo sensibilidad social. Es cierto que algunas de las características de la renta social no aparecían contempladas en el proyecto que nosotros barajábamos. Nuestro proyecto estipulaba un mayor tiempo de empadronamiento para poder acceder a estas ayudas y más obligaciones para los perceptores.
-Entonces la habría, pero con algunos cambios.
-Sí. Nosotros creemos que las administraciones tenemos que ser muy responsables, intentar que ninguna persona se vea abocada a una situación de exclusión por atravesar un bache económico, pero no queremos fidelizar a la gente en el sistema de servicios sociales. Queremos que sean una ayuda para conseguir sobrellevar una situación de precariedad o exclusión económica de forma digna, pero siempre poniendo los medios para que esas personas vuelvan al mercado de trabajo. Aunque somos conscientes de que hay colectivos en los que antes hay que aplicar otro tipo de medidas sociales.
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-¿Cuánta gente se quedó fuera de las ayudas al alquiler?
-No puedo dar la cifra exacta porque algunos de esos más de 2.000 expedientes que quedaron por examinar no cumplían los requisitos de acceso a las ayudas al alquiler. No es que el año pasado recortásemos en este tipo de ayudas, es que no seguimos la tónica habitual, que era crecer. Al vernos en una situación de contención de gasto, no pudimos dotarlas con mayores fondos económicos.
-¿Qué ocurrirá este año?
-El segundo semestre se inicia un nuevo mandato, habrá otro gobierno municipal. Tanto unos como otros estamos sujetos a unas reglas de juego que limitan la autonomía y la capacidad de movimiento de la Corporación municipal. Son reglas del Ministerio de Hacienda que siguen en vigor. Para volver a recuperar la autonomía y capacidad total de decisión del Ayuntamiento tenemos que cumplir con la norma de gasto. Si no, significaría someternos a una intervención.
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-¿Y en el primer semestre?
-No barajamos ningún incremento. Están pendientes de salir las resoluciones de la segunda convocatoria de las ayudas del Principado, para las que hubo muchos solicitantes de nuestro municipio y, dependiendo de la respuesta del Principado, pueden tener una repercusión directa en nuestras solicitudes y nuestra economía.
-¿Aumenta la picaresca en la petición de ayudas?
-No. No voy a negar que se produzcan algunos casos de fraude, pero no son tan generalizados como la gente piensa. Por parte de la Administración ponemos todos los medios a nuestra disposición para que tanto la solicitud como el disfrute de las ayudas sociales se haga conforme a la legalidad. La publicación en los medios de los casos detectados y el nuevo sistema de facturación sirven para evitar tentaciones por parte de alguno de los beneficiarios. Se está haciendo un gran esfuerzo para que la gestión sea lo más limpia posible.
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-El año pasado se retiraron un 14% de las ayudas al alquiler concedidas a los inspeccionados. ¿Van a aumentar estos controles?
-Nos gustaría. La limitación de gasto es una norma que también afecta a la política de personal. En estos momentos, tenemos a una única persona encargada de hacer las inspecciones de las ayudas al alquiler.
-¿Qué ocurrirá con el 'Housing first'?
-En un principio, el proyecto lo concebíamos en torno a diez viviendas. Por disponibilidad económica, empezamos a funcionar con cinco, siempre con la vista puesta en una posible ampliación. El año pasado no pudimos ampliar el programa. Este año volvemos a sacarlo para cinco viviendas, pero creemos que es factible, con cargo al remanente de tesorería, pensar en optar al escenario ideal, que es el de las diez viviendas. Es un programa que está dando unos resultados impresionantes, con un porcentaje de éxito superior al 90%.
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-Una de las principales críticas de la oposición es que haya ejecutado cuatro millones menos de lo que permitía la regla de gasto.
-Parten de una cantidad errónea. Quedaron sin gastar 3,6 millones, fáciles de desglosar. 1,3 millones corresponden a la convocatoria de renta social que no salió. Por otra parte, en cuanto a las ayudas y convenios con asociaciones, hasta ahora se pagaba un 80% en el momento de la concesión y un 20% con posterioridad a la justificación del gasto. Ese 20% se anotaba en la contabilidad del ejercicio como obligación, aunque se abonaba al año siguiente. Intervención ha dicho que debe apuntarse en el momento en el que se abone y eso supuso otros 1,3 millones de ahorro.
-La prórroga deja en jaque a muchas asociaciones que dependen de subvenciones municipales.
-El 29 de enero mandamos una circular a todas las entidades para informarlas de la situación. El mensaje es de tranquilidad. Pero es cierto que sin prórroga puedes activar la maquinaria con más rapidez. Con ella todo se demora, porque necesitamos habilitar los fondos para atender estos convenios con el remanente.
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-Y aprobando en pleno modificaciones presupuestarias.
-Las entidades tienen que tener tranquilidad. El mecanismo está en marcha y hay voluntad política para que un año electoral como este afecte lo menos posible a las asociaciones.
-Lleva dos legislaturas en el Ayuntamiento. No está cansada: acompañará en la lista a Álvaro Muñiz.
-La política es como un prisma de aumento. Hay veces en las que sí acusas el cansancio, pero hasta eso te puede servir de incentivo en determinado momento. Lo que nunca se debe perder es la ilusión.
-¿Y le genera más ilusión el proyecto de Muñiz que el de su compañero de gobierno, el concejal Esteban Aparicio?
-A Esteban le aprecio muchísimo. Además de compañero, le considero un amigo. El proyecto de Álvaro se ajustaba más a lo que era mi concepto personal de cuál tenía que ser el rumbo que siguiese el Ayuntamiento de Gijón, optando Foro a renovar la Alcaldía. Tenemos que felicitarnos de que tenemos dos excelentísimos candidatos y, sobre todo, dos excelentísimas personas.
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