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GUILLERMO MAESE
GIJÓN.
Sábado, 7 de marzo 2020, 02:32
Se cuentan por decenas los desperfectos por falta de mantenimiento en los edificios municipales. En la actualidad, todos los pabellones deportivos de Gijón, menos el de La Arena, tienen problemas de goteras. A la lista también se suman centros municipales integrados, colegios y sedes vecinales. ... El Palacio de Deportes es una de las instalaciones más perjudicadas. Allí, desde noviembre, los cuatro equipos que desarrollan su actividad deportiva -Círculo Baloncesto, Fodeba, Gijón Basket y Balonmano Jovellanos- lo hacen entre calderos para recoger el agua. «Hemos tenido que realizar muchos entrenamientos en una sola canasta porque hay partes que están impracticables», asegura Nacho Galán, entrenador del Círculo Gijón Baloncesto. Las goteras no solo afectan a la pista, también a las gradas. Tanto es así que los fines de semana se hacen cierres parciales del graderío por motivos de seguridad.
«Es la instalación municipal más cara y la que más problemas genera», afirma Juan de Álvaro, presidente del Balonmano Jovellanos. La queja también se extiende a las condiciones del parqué, «que está para cambiar». El problema transciende al normal transcurso de los partidos. «Nos han suspendido varios partidos durante la temporada por el estado de la pista», expone Pedro Ferrer, del Fodeba. El origen de las goteras parte de las cinco claraboyas de la cubierta. Aunque todos reconocen que el concejal José Ramón Tuero «está poniendo de su parte para solucionar los problemas de los pabellones», urgen a que se tomen medidas. La cuota de uso de las instalaciones oscila entre los 10.000 y 23.000 euros al año.
Filtraciones de agua y falta de iluminación, también, en el pabellón de Mata Jove. «Son instalaciones antiguas que en los últimos años han estado abandonadas», sostiene José Luis Soto, presidente del Telecable Hockey Solimar. Las goteras también han afectado al estado de la pista.
Para Manuel Cañete, presidente de la Federación de Asociaciones Vecinales de Gijón, el deterioro que presentan los centros integrados y alguna sedes vecinales es un ejemplo «de la falta de mantenimiento de los últimos años». Además de los problemas de goteras en el centro de El Coto, la fachada de la calle General Suárez Valdés «está totalmente abandonada y desde hace tiempo vallada para unas obras que nunca llegan». «Los recursos públicos son riqueza y su deterioro genera pérdida de bienestar social», defiende Cañete. Sus reclamaciones en el mantenimiento y la necesidad de modificación de algunas estructuras arquitectónicas se vienen acumulando desde hace meses.
Los problemas se ampliaron en los últimos meses a los centros escolares. En el de Jove, la Consejería de Salud clausuró la cocina por las constantes goteras. Las humedades también tomaron dos aulas del colegio Evaristo Valle. «Las han arreglado, pero no solucionado. Han puesto parches que tarde o temprano volverán a generar problemas», asegura Jorge Espina, miembro de la Asociación de Padres y Madres de Alumnos (AMPA) del Evaristo Valle. «Entre el Principado y el Ayuntamiento se están pasando la pelota para asumir las obras», denuncian.
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