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Tengo una vida muy vivida. Conocí todo lo que hay en este mundo», dice. Y razón no le falta. Porque desde que Maricuela nació en Blimea el 17 de noviembre de 1918 ha habido una guerra mundial, nueve papas, una república, una guerra civil, una dictadura, tres reyes... Y en lo personal, destaca de su biografía, «cuatro años de prisión tras un consejo sumarísimo urgente cuando tenía 18 años» por haber ido «voluntaria como miliciana a la guerra para salvar la república». A ello se sumó despúes el exilio en Francia. Pero ahí sigue, incombustible. Hoy cumple 105 años y se encuentra, bromea, «como un pez. Los años no me los quita nadie, pero de momento tengo mucha salud».
Lo confirma Dania Rodríguez, quien la ayuda en su día a día. Aunque fallan el oído y la movilidad, sobrepasado ya de largo el siglo de vida Maricuela «es muy autónoma» y casi no perdona un día sin salir a la calle a tomar el café por El Llano, donde cada paseo se convierte en una sucesión de gente que la detiene para saludarla y, muchas veces, hablar de política. «Se pone muy brava, pero sin discutir. Respeta mucho que cada uno tenga su opinión», explica Dania. En televisión se mantiene sobre todo atenta a la actualidad «y cuando sale el PSOE o hay una votación está muy pendiente». A diario reclama la prensa que, como los libros, sigue leyendo sin ponerse casi nunca las gafas. Otra cita que no perdona es la visita semanal de Leticia, amiga y peluquera. «Es muy presumida. Si no es Leticia, no se peina. Y si llueve no quiere salir a la calle, porque el pelo no se le puede tocar», bromean sus amigas.
Ayer, en vísperas del cumpleaños y a instancias de EL COMERCIO, varias de ellas compartieron una tarde de café y pasteles con Maricuela. Entre ellas se encontraban las exconcejalas socialistas Carmen Saras y Salomé Díaz, y también Magdalena Antuña, una hija de refugiados políticos en Francia a la que considera casi como una prima. A la cita acudieron también su ahijado, Juan José Quince, y el menor de sus dos hijos, Antoine Rozada, llegado desde Málaga para acompañar a su madre en esta especial fecha. «Nació en Francia, pero se vino a vivir a España, al calor del sur», bromeaba Maricuela. Él, por su parte, aseguraba que a sus 105 años su madre es «como el ave Fénix, que renace de sus cenizas».
Porque Maricuela continúa dando batalla. «Sigo luchando con mis ideales porque todos nos unamos para poder vivir en paz. Unos tienen una idea, otros otra... Pero hay que llevarse bien y unirse».
-Maricuela, ¿y cómo ve la actualidad política?
-Está malísima. Propensa a que armen una revolución o algo. Hay que tener cuidado y unirse, respetarse y llevarse bien.
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Rocío Mendoza | Madrid y Lidia Carvajal
Álvaro Soto | Madrid y Lidia Carvajal
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