Una empresa asturiana adquiere por 3,7 millones los terrenos de la Ería del Piles

La subasta partía de un precio de salida de 2.867.579 euros. El proceso se abrió el pasado 26 de abril y se cerró ayer a las 12 del mediodía. Pudo monitorizarse en tiempo real a través del portal digital de subastas del Consejo de Procuradores de España. Hubo una primer puja que quedó registrada el pasado martes de 3.792.000 euros y ayer, cuando faltaba algo menos de una hora para finalizar la subasta, entró la oferta de casi 3,8 millones de Nuevo Espacio que ya no fue superada por nadie.

El administrador concursal de Astur Promotora Urbana 2004, el abogado valenciano Leopoldo López Máñez, estaba convencido de que iban a pujar postores por estos terrenos y así ha sido. La sorpresa, sin embargo, ha sido que al final ni la Sareb ('el banco malo') ni la promotora vasca Maceribe, que llegó a tener un derecho de tanteo del que fue recientemente privado por resolución judicial, se han quedado con las parcelas. «Me alegro de que sean asturianos», admitió el administrador concursal, quien ayer mismo comunicó al juez titular del juzgado de lo Mercantil número 1 de Burgos el resultado de la subasta y el nombre del adjudicatario para su validación.

El nuevo propietario de los terrenos de la Ería del Piles tendrá que reiniciar la tramitación urbanística de ese suelo desde cero , porque todo el camino que se había andado por la quebrada Astur Promotora quedó anulado por los tribunales, a instancias de recursos de los pequeños propietarios.

El constructor Fermín Mora aseguró ayer que está «en estudio» las opciones que tiene para crear dotaciones urbanísticas, resolver problemas de circulación en la zona y desarrollar ese suelo a través de un Plan Especial de Reforma Interior (PERI),

Según se recoge en la ficha urbanística del Plan General de Ordenación (PGO), cuando se desarrolle el planeamiento para ese ámbito, los terrenos recién adquiridos por Nuevo Espacio podrán tener calificación de uso terciario (comercial, oficinas, hostelero y recreativo) y hotelero. Y también se reserva un espacio para uso residencial para las tres viviendas unifamiliares que permanecen en ese ámbito y que se considera compatible con su actual localización.

En cuanto a la altura de la nueva edificación en esa zona el PGO prescribe una altura máxima de cornisa de 12 metros y como máximo bloques de tres plantas (baja más dos). 14 metros sería la altura máxima para la envolvente de coronación. De los 38.364 metros cuadrados de superficie bruta que ocupan los terrenos se prevé un aprovechamiento lucrativo total, que coincide con la superficie máxima edificable, de 11.509 metros cuadrados con un coeficiente de 0,30.

El portavoz de los pequeños propietarios de la Ería del Piles, Julio Quirós, confía en llegar a un acuerdo con la nueva propiedad que no fue posible durante casi tres lustros con Astur Promotora. «Parece que hay interés por desarrollarlo. Nos alegramos. Es un espacio único en toda la cornisa cantábrica como bien dice el administrador», destacó. «Sería una buena noticia para Gijón, después de tanto sufrimiento por la pandemia, dinamizaría localmente un entorno muy deteriorado pero de gran importancia económica. El ventajoso precio de adjudicación sin duda ha de facilitar un acuerdo en el que todos debemos ser responsables», remarcó el portavoz de los minoritarios.

Desde 2001 se plantearon varios proyectos para la Ería del Piles relacionados con el ocio y las actividades turística y comercial que acabaron fracasando. En buena medida por la férrea oposición del vecindario colindante, que no ha dudado en judicializar las iniciativas empresariales para impedir que llegasen a buen puerto. El primero de los proyectos fallidos fue el del centro de talasoterapia con un diseño vanguardista salido de un concurso de ideas, 'Salamandra', Más tarde también naufragó con estrépito la idea de acoplarle al balneario un hotel y un casino. En 2004 aterrizó en la zona Astur Promotora con la idea de desarrollar un complejo comercial, hotelero y de ocio. Fue adquiriendo parcelas hasta ejercer un control mayoritario dentro de la junta de compensación que gestionaba ese suelo.

Los recursos judiciales de los vecinos tumbaron los planes de los empresarios, que fueron endeudándose con los bancos hasta que en 2017 entraron en concurso de acreedores. Al año siguiente el juez de Burgos, donde tenía su sede la promotora quebrada, autorizó su liquidación, que aún colea en 2021.