La empresa del Acuario y el Consistorio preparan una obra de ampliación de dos años

Fuentes próximas a la operación indican que la obra exige cerca de 24 meses de ejecución y contempla la ocupación y aprovechamiento de la dársena exterior. Dado que la reforma es sobre todo hacia el exterior del actual inmueble, se minimizaría el sacrificio en cuanto a cierre temporal de zonas al público.

La idea en principio es que de la adjudicación y gestión de los trabajos se haga cargo Rain Forest. Al ser un bien de titularidad municipal las partes tienen asumido que el Consistorio deberá participar en la financiación de la factura. La inversión, que se intuye de importancia, exige por tanto de varios equilibrios, entre los que se cuenta buscarle encaje en los propios presupuestos municipales y articular la solución jurídica a la colaboración.

El proyecto se está trabajando con la idea de incrementar el atractivo del Acuario para atraer turismo de tipo familiar, especialmente fuera del verano. Se trata de una más de las piezas en las que avanza el equipo de gobierno para mejorar la fachada marítima. La ampliación se pretende armonizar con los planteamientos que salgan del concurso de ideas que en las próximas semanas será convocado para diseñar la reforma de la fachada de Fomento.

La primera línea de mar se está convirtiendo así en un foco importante de actuación en el presente mandato. Ejecutados, en obras, en fase de diseño o tramitación está la peatonalización de la avenida de El Molinón, la recuperación del aparcamiento de Hermanos Castro, la reforma del Muro, los cambios en Cimavilla, el concurso de ideas para Fomento, la mejora del Museo del Ferrocarril y el anteproyecto para el Acuario.

A ello se suma la regeneración de los terrenos de Naval Gijón con la atracción de nuevas empresas y las gestiones para que la enajenación de las parcelas de titularidad de la Autoridad Portuaria pueda cerrarse manteniendo sus usos actuales en el Club Santa Olaya, el Tallerón de Duro Felguera y los Astilleros de Armón.

En el caso del Acuario el primer paso lo dio el Grupo Rain Forest. José Maldonado, su presidente, ya defendía en junio en EL COMERCIO que «esta ciudad se merece más». Con la concesión para quince años prorrogable por otros cinco el emprendedor cántabro defendía que había margen para «hacer muchas cosas, aumentar la calidad». A la hora de madurar el nuevo proyecto su meta reconocía ser «que se perciba la belleza de la naturaleza. La intención es que quien venga se encuentre con un pedazo de la naturaleza. Igualar la naturaleza es imposible, pero si puedes transmitir ese espíritu, es una experiencia estética que jamás se te olvidará».

En estos momentos son cerca de 350 las especies diferentes que alberga el equipamiento de Poniente. Cuando Rain Forest se hizo cargo de él, había bastantes menos ejemplares que cuando comenzó la actividad en junio 2006, por lo que la empresa optó por repoblar acuarios a través de intercambios con otros centros. Fue así como el verano pasado se habilió la antigua zona del pingüinario para recrear el hábitat del río Amazonas con 58 pirañas de vientre rojo.

Tras algo más de dos años de gerencia de Rain Forest se han acometido además obras en la cafetería y el restaurante, así como en el vestíbulo de entrada, que alberga ahora la tienda de recuerdos.

No fue lo único que se hizo. En el primer año tras lograr la concesión, se llevaron a cabo diversas reparaciones y arreglos ocultos a los ojos de los visitantes, con el objeto de revertir la situación de años de desatención en mantenimiento y conservación en instalaciones, cubierta y fachada. Y en cuanto a la plantilla, se incrementó con nuevos refuerzos y apostó por una mayor especialización del personal.