A. A.
Jueves, 25 de enero 2024, 20:58
María López Díaz tuvo este jueves la despedida que se merecía. La ELA se llevó, de forma prematura y cruel, a esta gijonesa de 54 años que vivía y trabajaba en la calle Corrida, donde regentaba la tienda de bisutería de alta gama TresMares. Y este jueves la iglesia de San Julián, en Somió, rebosó afecto a su memoria.
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Una hermosa misa cantada culminó en el altar con dos intervenciones que desbordaron las emociones. Hugo ejerció de portavoz de los hijos y bajo la atenta mirada de sus hermanos, Diego y Joaquín, pronunció unas palabras de despedida. Alabó los valores de su madre, ensalzó cómo los había criado a los tres e hizo hincapié en la fortaleza con la que sobrellevó la enfermedad degenerativa contra la que combatió estos tres últimos años. «En mi caso, no vas a estar en mi corazón, como suele decirse, porque mi corazón eres tú», señaló finalmente para congoja de todos.
Mónica Sarmiento, una de sus grandes amigas, habló también de su entereza ante la enfermedad -«Moni, es lo que hay, día a día», le decía-, de su serenidad, de su alegría y de la paz que irradió a todos. Ahora, finalizó, «estarás ya con tus padres y con nuestra inolvidable Flor». El 'Himno de Covadonga' remató la despedida a esta gijonesa tan rebosante de afectos antes de que sus hijos y sobrinos sacaran, entre lágrimas, el ataúd del templo.
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