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MARCO MENÉNDEZ
GIJÓN.
Miércoles, 17 de febrero 2021, 00:37
La Empresa Municipal de Aguas (EMA) tratará de solventar a la mayor brevedad los hundimientos que se están produciendo en la zona este de la playa de Poniente. Según explicó ayer Olmo Ron, concejal de Mantenimiento y Obras Púbicas, y presidente de ... la empresa pública, estos se detectan «en una zona muy concreta de la playa de Poniente», en la más cercana al edificio de Talasoponiente. Apuntó que «por debajo del arenal pasa una tubería que está fuera de servicio desde que entró en funcionamiento el pozo de tormentas de la cuenca centro», ubicado junto al Museo del Ferrocarril. Y es esa conducción la que investiga el personal de la EMA, pues «se está procediendo a la inspección de la tubería y de la evaluación se determinará si fue la causante» de las depresiones del arenal. Si se comprueba que es así, «de forma inmediata se procederá a su reparación».
En la mañana de ayer eran varios los habituales de la playa que contemplaban los trabajos en marcha. Uno de ellos, Isaac Cascallana, sostenía que hace unos años llegó a caerse en un pozo similar. Según explica este veterano usuario, de la zona de El Natahoyo «parte una tubería y no saben si tuvo una rotura o terminaba aquí. Las aguas quedaban libres y arrastraban la arena». Cascallana estuvo hablando con los operarios y, según le dijeron, «puede ser una arqueta que se ha roto y por donde sale el agua, pero aún no lo saben».
Él tiene su propia anécdota al respecto, pues «en uno de esos pozos, un servidor cayó un día. Tenía una profundidad de unos dos metros». Fue la curiosidad lo que le hizo acercarse demasiado al borde y «se me fue el pie y caí. Tuve la suerte de que extendí los brazos y quedé colgando. Salí bien». Este incidente, apunta, ocurrió hace unos dos años. En otras ocasiones, prosigue, ya avisaron al Ayuntamiento «y lo que hicieron fue taparlo un poco y así quedó. Pero todos los años se vuelve a repetir y ahora se lo han tomado en serio, porque si cae un niño ahí se queda».
Goyo Llanes es un nadador de fondo habitual de la zona y señala que «muchas veces notas que se te hunde el suelo, como si no hubiera arena debajo. Al día siguiente la mar lo vuelve a alisar». Pero apunta que «pasa igualmente dentro el agua, ves que no está consistente, pero la mar lo cura todo».
José Olivo y María Isabel López fueron también a ver el hundimiento. «Lo vimos en EL COMERCIO y nuestro hijo, que vive enfrente, nos dijo que viniéramos y sacáramos fotos». Apuntan que «por los agujeros que se ven tuvo que salir agua a borbotones».
Pero, ¿por qué se producen? Si es por la rotura de una tubería, «el agua crea un arroyo y va socavando la arena. Es como un acuífero libre y provoca una dolina en superficie», explica el geólogo José Antonio Sáenz de Santa María. El problema es que la arena «pierde consistencia y hace que la superficie se hunda». La arena de la playa, al llegar al nivel freático, está húmeda y esa es la que desaparece poco a poco. Es algo común en terrenos porosos, como es el caso, y Sáenz de Santa Marina apunta que «puede causar muchos problemas, como ocurre con la catedral de Valencia, que está agrietada por todo el agua que sacaron de los pozos y los poros de la tierra perdieron presión». Pero en Asturias es un problema que no se suele dar excepto en la zona central, porque no hay acuíferos porosos.
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