La última mañana del año amaneció con una triste noticia. Romualdo Alvargonzález, nuestro querido Ruma, fallecía de forma repentina en un accidente de tráfico. Es una forma dolorosa y desconsolada de cerrar 2022 para toda la familia Alvargonzález, pero también para toda la sociedad asturiana, ... y en mayor medida para la gijonesa, pues decimos adiós a un referente humano y empresarial.

Publicidad

Tuve el enorme honor de conocer a Ruma, una persona afable, tranquila, amigo de sus amigos y con una extraordinaria capacidad para hacer fáciles las cosas. Su exquisita educación, humildad y prudencia, no solo serán un legado para su familia, a la que quiero trasladar mi más sincero pesar, sino también para todos los que tuvimos la oportunidad de formar parte de su entorno. Gran persona y mejor empresario, con acierto y profesionalidad, Ruma capitaneó, en conjunto con sus hermanos, el legado empresarial de su padre, Juan Alvargonzález. Como buen amante del mar y tras su paso por la Armada, Ruma aplicó todo su buen saber hacer en la gestión del Grupo Alvargonzález. Su extraordinaria visión fue clave para fortalecer y expandir la empresa familiar, hasta convertirla en una referencia nacional e internacional en el ámbito de la logística portuaria y naval.

Y acabo como empecé, triste y desolado, pero sabiendo que, desde el cielo, querido Ruma, sabrás guiar a tu hija, tu esposa y tus hermanos en el buen camino de la vida para que tu legado quede siempre vivo, igual que tú lo hiciste con tu padre. Hoy Gijón y Asturias se quedan huérfanos de una gran persona y de un gran empresario. Descanse en Paz.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

3 meses por solo 1€/mes

Publicidad