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EUGENIA GARCÍA
GIJÓN.
Miércoles, 22 de julio 2020, 01:01
La noticia de que el ministro de Ciencia, Pedro Duque, integrará el Instituto Español de Oceanografía (IEO) en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha caído como un jarro de agua fría en el organismo. «Estamos indignados», reconocía ayer el director de la sede ... gijonesa del IEO, Javier Cristobo, aún sin salir del estupor que le provocó recibir la carta en la que el titular de Ciencia anunciaba la medida.
No solo ha chocado la decisión, sino también que el ministro diga que se tomó «tras escuchar las opiniones y propuestas de investigadores, técnicos, gestores y representantes sindicales». «No sé cómo se atreve a poner eso, porque nadie ha consultado a los directores de los centros», criticó Cristobo, quien «tenía la esperanza» de que los rumores que desde hace tiempo corrían por los sectores de investigación y pesqueros no se cumplieran. Les tranquilizó, la semana pasada, el propio secretario general de Innovación, Rafael Rodrigo, quien aseguró al presidente de la patronal del sector pesquero, Javier Garat, que el IEO seguiría siendo independiente. Ahora, Duque anuncia lo contrario pese a la clara oposición de los directores de los centros territoriales y, según Cristobo, «la mayoría de sus trabajadores», a quienes no convence en absoluto su argumento de que su integración en el CSIC servirá para «revitalizar la investigación que realiza y fortalecer la estructura científico-técnica y administrativa» este organismo público de investigación.
El IEO, lo reconoce el propio ministro en su misiva, «atraviesa una situación especialmente complicada» que en opinión de Cristobo se soluciona «dando medios y capacidad de gestión» a una institución que cuenta con un excedente presupuestario de unos 80 millones de euros que no puede utilizar porque las normas administrativas se lo impiden y, mientras tanto, no tiene para gastar en combustible para sus barcos o para construir maquinaria necesaria en las investigaciones. «Es rocambolesco», lamenta Cristobo.
«Somos interlocución directa con el sector pesquero y tenemos muchos contratos de investigación. No creemos que sea la solución que nos engloben en un organismo mayor y nos hagan perder capacidad de gestión y autonomía», argumenta el director del centro gijonés, donde de los 150.000 euros que gastan al año solo se ha recibido una financiación de 35.000.
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