«La maniobra de estacionamiento en batería implica marcha atrás en la maniobra de salida, lo cual genera situaciones de riesgo, especialmente con ciclistas, motocicletas y ciclomotores», señala la DGT en una reciente recomendación a los ayuntamientos para eliminar este tipo de aparcamientos y sustituirlos por otros en diagonal. «Con la implantación de aparcamientos en espiga se pretende que el vehículo abandone la plaza de aparcamiento en el sentido de la marcha con mayor naturalidad, seguridad y fluidez», añade Tráfico que en concreto propone crear «aparcamientos en espiga con una inclinación del 60º en aquellas calles con posibles conflictos entre los vehículos que pretenden abandonar las plazas de aparcamiento y los que circulan por la calzada». Y recomienda hacerlo «preferentemente en vías de sentido único, y especialmente en los casos de vías con tráfico ciclista elevado». En este caso, además, se da la circunstancia de que a esa misma altura está situada la salida de los andenes de la estación de autobuses, con lo que conlleva tanto de riesgo para la seguridad vial como de intensidad del tráfico.
Lo cierto es que en la propia calle Llanes, unos metros más adelante de la estación, ya hace años que las plazas de aparcamiento están pintadas en diagonal y en contradirección, de la misma forma que se ha hecho ahora con estas. Y, sin embargo, era habitual que los coches siguieran entrando a ellas de frente, aparcando en la mayoría de las ocasiones con una ordenación contraria a la que indican las marcas viales. Por ello, coincidiendo con el pintado de estas líneas a la altura de la estación de autobuses se ha instalado tanto ahí como en las plazas que ya estaban en diagonal una señal informativa que recuerda, tanto con texto como con un ejemplo gráfico, que es «obligatorio el estacionamiento marcha atrás». Algunos conductores, no obstante, si bien ya han empezado a cumplir la indicación de acceder marcha atrás -en parte por efecto dominó al ser la forma en la que ven estacionados al resto de vehículos-, lo hacen trazando una diagonal opuesta a la que indican las marcas viales.
Esta configuración 'en espiga' y estas señales indicando la obligación de estacionar marcha atrás ya se pusieron hace año y medio en las nuevas plazas de las calles José Antón Magarzo y César Maese Alonso de Nuevo Roces, cuando se modificó el aparcamiento que hasta entonces se hacía en línea. Y la previsión es que esta señal sea cada vez más habitual en la ciudad. «Siguiendo esa recomendación de la DGT, y por una política de mejora de la seguridad vial, queremos que en general todas las plazas 'en batería', especialmente las que se hacen nuevas, se hagan 'en espiga'», apunta el concejal de Tráfico, Movilidad y Transporte Público del Ayuntamiento de Gijón, Pelayo Barcia.
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