¿Qué es la felicidad para los alumnos gijoneses?

Para Pelayo Romero, alumno del colegio Nicanor Piñole, la felicidad era cumplir su gran sueño: «cantar delante de un gran público». Esta mañana, gracias al encuentro musical organizado por la Fundación Municipal de Cultura con motivo del Día Internacional de la Felicidad pudo lograrlo. En total, se dieron cita 389 alumnos de tercero y cuarto de primaria de nueve centros (Cabueñes, Eduardo Marínez Torner, Federico García Lorca, Laviada, Los Pericones, Nicanor Piñole, Príncipe de Asturias, Santa Olaya y Virgen Mediadora) en el Teatro Jovellanos.

Nada más entrar en el teatro, la efusión y la alegria borbotaban por los cuatro costados. Al ritmo de 'This little light of mine' todos los alumnos se pusieron a cantar desde el patio de butacas. Tras terminar, comenzaron las actuaciones acompañadas de sencillas coreografías y, en algunos casos, de intrumentos como la caja china. Todos ellos fueron dirigidos por la profesora de música, Paula Vicente.

Con canciones como 'Canto de la selva', 'Tue Tue' o 'Viva la música' los niños expresaron esa alegría que llevaban dentro. «La música es un lenguaje universal que te hace expresar estados de ánimo incluso cuando no puedes ponerles palabras», señaló María Rodríguez, profesora del música del colegio de Los Pericones. «Para cantar el gesto de la sonrisa es fundamental para que la voz salga bien proyectada, al tener que hacer esto eso ya te da una actitud interior de felicidad. Va muy a la par», añadía. «Hoy se respira juerga, bullicio y ¡vacaciones!, que en un par de días ya empiezan», recordaba sonriendo.

Y es que a pesar de lo que se puede pensar, para los niños la felicidad no tenía nombre de cosa, sino más bien de experiencia. «Cantar me hace muy feliz, aunque al principio te mueres de miedo», admitía Emily Aparicio, alumna del colegio de Los Pericones. Sabía cuando esta emoción le recorría el cuerpo porque «me hace pegar saltos y sonreir». Si tenía que nombrar un objeto «las galletas» pero siempre y cuando fueran las de su madre. Por parte de Isaac Lomba, del colegio de Laviada, «estar con mi familia» pero también «leer». Si tenía que escoger un favorito no dudaba en decir «Harry Potter», libros con los que podía pasar «horas y horas» leyendo toda la saga.

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