Deva despide a 'Tino, el panadero', fallecido a los 85 años de edad

«Era un personaje emblemático de Deva por su carácter espectacular». Así describía ayer Carmen Díaz Pidal a su padre Celestino Díaz Fernández o 'Tino, el panadero', como lo llamaban todos. El popular vecino de la parroquia gijonesa fallecía el miércoles a los 85 años de edad. Ayer familiares y amigos se reunieron para despedirlo en San Salvador de Deva, su parroquia.

Tino era nieto de 'La Chucha' y miembro de una familia de Deva «de toda la vida». Allí permaneció siempre, incluso después de casarse con su esposa Josefa Irma Rubiera, vecina de Quintueles. Trabajaba la tierra, pero «como no dada mucho», también se empleaba en hacer diferentes labores en las fincas de sus vecinos. No fue hasta principios de los setenta cuando empezó a repartir pan y también el diario EL COMERCIO por su Deva natal y por los concejos limítrofes. «Se levantaba a las seis de la mañana y se iba a por el pan a la panadería Perales, que en aquella época estaba en la calle Dindurra. Después, empezaba a repartir», recuerda.

Y así, durante muchos años llevó el pan a todos los bares y merenderos de la zona y a muchos vecinos. Su «buen carácter, siempre alegre» le hizo ganarse la simpatía de sus vecinos. Apasionado de su 'Sporting del alma' cofundó con otros amigos, como José Manuel Piñera, de sidra Piñera, la peña 'Isma' en Casa Yoli. Tino disfrutó mucho de la vida, de la familia y de su Sporting, del que «igual festejaba tanto las ganancias como las pérdidas», destaca su hija. La jubilación le permitió tener tiempo para quedar con los amigos, viajar y disfrutar de la vida», aseguró su hija.