Detienen a un hombre en Gijón que entró en un bar con un revólver: «No quiero rojos de mierda»

Un hombre de 57 años fue detenido ayer tras haber entrado en un bar de la calle Linares Rivas, El Golfo, portando un revólver cargado de munición y haber amenazado a los clientes y empleados. El hombre, J. F. L. R. había provocado una trifulca momentos antes, motivo por el que fue expulsado del establecimiento, según explicó el encargado del local a EL COMERCIO.

El ahora detenido había pedido una consumición en el bar. Tras ser atendido, empezó a hacer comentarios fascistas y homófobos.

«No quiero rojos ni maricones de mierda», dijo, según indicó el encargado. Tras esto, le pidieron que se fuera, pero no accedió, además de añadir que se iría cuando se acabara la consumición. Después de esta negativa a irse del local, explicaron en el bar, que dio inicio a una trifulca. Primero, añadieron, lanzó su bebida al encargado.

El ambiente se fue calentando y el hombre cogió un taburete para, acto seguido, amenazar al encargado del establecimiento. Tras esto, una camarera acudió para intentar mediar y poner fin a lo que estaba sucediendo. Entonces, relató el encargado del establecimiento hostelero, el hombre le empujó. Finalmente, entre el encargado y un cliente lograron echarle del bar. Instantes después, el hombre regresó al bar portando un arma de fuego en la mano y se dirigió hacia el encargado.

Uno de los clientes se interpuso en su camino, a lo que el detenido reaccionó encañonándolo con el arma en la frente y amenazándolo de muerte, según explicó la Policía Local. Finalmente, el encargado del local y el cliente lograron reducirlo.

Tras tener aviso de lo ocurrido, acudieron al lugar varias dotaciones de Policía Local. Localizado el sospechoso, que se encontraba en el exterior del establecimiento, los agentes le preguntaron si portaba algún arma, a lo que respondió que sí mientras hacía ademán de extraerla de su cintura.

Ante el riesgo de que el hombre sacara el arma de nuevo, un agente de la Policía Local se abalanzó sobre él para neutralizar el movimiento, cayendo en esos momentos al suelo un revólver cargado con munición.

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