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Un giro inesperado en la investigación de la desaparición en 1987 de Mari Trini Suardíaz y su bebé. La Policía Nacional ha detenido en Portugal a Antonio María da Silva, marido y padre de las desaparecidas y principal sospechoso de un caso rodeado de incógnitas y para el que la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) no escatima esfuerzos.
El hombre fue localizado en el país luso hace aproximadamente un mes gracias a la orden de búsqueda y captura internacional emitida por el juzgado de Instrucción número 4 de Gijón, el mismo al que fue trasladado en calidad de detenido y en el que prestó declaración para mantener su inocencia respecto a su implicación en la misteriosa desaparición. Según ha podido saber EL COMERCIO de fuentes próximas al caso, Da Silva señaló que en 1987 viajó con su esposa y su hija de 18 meses al Algarve, al sur de Portugal, y las dejó allí. Nunca más volvió a saber de ellas, según su testimonio. Negó cualquier implicación en una posible muerte de la gijonesa y la niña, nacida en el Hospital de Cabueñes en 1986. Fue puesto en libertad, si bien las investigaciones continúan en marcha y se trabaja con los datos aportados por el principal sospechoso.
El arresto se produjo aproximadamente dos meses después de que la jueza Ana López Pandiella autorizase la búsqueda en una vivienda de la localidad de Berbes, en Ribadesella, en la que vivió el matrimonio y su hija de corta edad. Durante el operativo centrado en la vivienda en ruinas la Policía encontró numerosos enseres, como maletas, ropa, una cuna e, incluso, pañales de bebé y cartas manuscritas por Mari Trini, además de documentación personal. Uno de los hallazgos más llamativos fue una fosa del tamaño de una persona, tabicada con una plancha de hormigón y en la que no localizaron nada en su interior.
El procedimiento fue reabierto en enero por la titular del juzgado de Instrucción número 4, Ana López Pandiella, tras el hallazgo de la nueva vía de investigación por parte de la Policía Nacional. El caso se había archivado en 2017 después de que los trabajos en el solar de Matadeón de los Oteros (León) en el que se levantó el suelo una casa en la que también residió la pareja no dio un resultado positivo.
A raíz de las labores llevadas a cabo en la que fue la casa familiar de Mari Trini en Ribadesella, la investigación tomó un nuevo rumbo. Se localizó al marido, al que nunca se le había tomado declaración como imputado, y se tiró del hilo sobre la pista de la posibilidad de que Antonio María da Silva hubiera arrojado hace treinta años dos vehículos a la balsa de una mina de espato flúor ubicada junto a un acantilado en la misma parroquia, muy próxima a la playa de Vega.
El siguiente paso podría ser la autorización por parte del juzgado de instrucción de los permisos necesarios para revisar el interior de la balsa para sacar a flote esos dos turismos que 'el portugués' habría arrojado allí.
El que fuera marido de Mari Trini Suardíaz continúa siendo el principal sospechoso de la desaparición. Cuenta con antecedentes por contrabando, lesiones, malos tratos y delitos contra el patrimonio. Quienes lo conocen lo describen como un hombre de carácter violento y conflictivo. Poco antes de que la familia perdiese el contacto con la gijonesa, la Guardia Civil intervino para liberarla de un posible secuestro al que la tenía sometida.
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