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Familiares y amigos en el funeral celebrado en el tanatorio de Jove. JOAQUÍN PAÑEDA
«Si por algo destacaba siempre Afelio, era por el gran corazón que tenía»

«Si por algo destacaba siempre Afelio, era por el gran corazón que tenía»

Familiares y amigos despidieron a uno de los impulsores del Club Natación Santa Olaya y referente en las agrupaciones corales

OLAYA SUÁREZ

GIJÓN.

Lunes, 18 de enero 2021, 00:23

«Se va toda una institución en El Natahoyo, lo vamos a echar muchísimo de menos». Familiares, amigos y antiguos compañeros de Afelio Vázquez Ronderos le despidieron ayer en el funeral celebrado en el tanatorio de Jove y marcado por las restricciones derivadas de la crisis sanitaria. «Si llega a ser en otro momento, habría venido todo el barrio...», comentaba uno de los vecinos que arroparon a sus tres hijos y al resto de familiares en el último adiós al que fuera impulsor del Club Natación Santa Olaya.

«Si por algo destacaba siempre Afelio era por el gran corazón que tenía», resumió don José Manuel, el párroco de Jove encargado de oficiar la misa, quien, además, enumeró «las muchas actividades en las que estaba involucrado: el Club Natación Santa Olaya, las agrupaciones corales, la asociación de vecinos...».

Porque si algo caracterizaba al Afelio poliédrico era un eje común sobre el que siempre giraba: su querido barrio de El Natahoyo. Allí nació en julio 1936, a los pocos días de que estallase la Guerra Civil, y allí pasó toda su vida, salvo los periodos, cortos, que su profesión como delineante proyectista le llevó al Sur de España. Fue uno de los impulsores del Club Natación Santa Olaya, junto con un grupo de amigos de su generación que consideró que la zona Oeste tenía que contar con una instalación deportiva pegada a la mar, en los pedreros en los que tantas horas pasaban.

Sin embargo, un problema de cadera, que le obligó a operarse y a pasar meses ingresado en el Sanatorio Marítimo, lo apartó siendo joven del deporte. Fue por eso, y por esa prodigiosa voz que tenía y cultivaba, por lo que encontró su camino en los coros. Se lo rifaban como tenor, todos las agrupaciones lo querían en sus filas, a la buena voz se sumaba su buen carácter. Junto a su gran amigo Mateo Bullón recorrió países como Reino Unido y la antigua Unión Soviética.

Formó parte del Coro Las Cancelas, del Coro Asturiano de La Calzada y del Coro Cantábrico, entre otros. Quienes coincidieron con él coinciden en destacar su bondad, su buena conversación y su sempiterna predisposición a arrimar el hombro allá donde hiciese falta: construir la piscina del Santa Olaya, organizar un festival benéfico para los más necesitados o pelear por las mejoras del barrio. El sábado por la mañana falleció a los 84 años después de una complicación coronaria. Desde entonces sus tres hijos, Afelio, Mario y Alfredo, no han dejado de recibir muestras de cariño de los muchos a los que su padre les hizo la vida más fácil o por lo menos, más amena.

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