OLAYA SUÁREZ
GIJÓN.
Jueves, 15 de diciembre 2022, 03:01
Sin escatimar esfuerzos ni efectivos. La Policía Nacional regresó ayer al Cabo Peñas para desplegar un amplio dispositivo en un nuevo intento de localizar a Sandra Bermejo, la madrileña afincada en Asturias, de 32 años, a la que se le perdió la pista ... el 8 de noviembre. La buscaron por tierra, mar y aire, con la presencia del helicóptero de Salvamento Marítimo y con el Grupo Especial de Operaciones (GEO), quienes con la ayuda de una lancha y los buzos especializados peinaron el acantilado en busca de pruebas e indicios que puedan arrojar luz al caso.
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Salieron del puerto de Luanco y sobre las 10 de la mañana llegaron a los acantilados del Cabo Peñas. Durante seis horas, aprovechando la bajamar, peinaron las rocas, recovecos, cuevas y también las zonas de poca profundidad. No hallaron ninguna pista. La presencia de los GEO se decidió después de que hace dos semanas un ciudadano alertarse de la presencia de una prenda de ropa, una camiseta, en un punto de muy complicado acceso. Esa camiseta está siendo analizada por la Policía Científica para determinar si pertenece a Sandra, si bien su familia no la ha reconocido como tal.
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La jueza mantiene el secreto de las actuaciones mientras la Unidad de Delincuencia Especializada y Violencia (UDEV) continúan con las investigaciones. No se descarta por el momento ninguna hipótesis, pero la principal y en la que centran las labores policiales, es que la joven se precipitó por los acantilados del Cabo Peñas, bien por accidente o por voluntad propia. La familia niega este extremo y apunta a que su ausencia no ha sido voluntaria y que incluso estarían involucradas otras personas. Los datos que manejan los investigadores apuntan en otra dirección. No aprecian indicios de criminalidad y centran los esfuerzos de la búsqueda en el mar Cantábrico, unas aguas que en muchas ocasiones no han devuelto los cuerpos a la superficie.
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El coche de Sandra Bermejo fue hallado en el aparcamiento junto al restaurante del Cabo Peñas. Allí se encontraban sus pertenencias, excepto el teléfono. Una antena de las inmediaciones recogió la última señal del móvil de la madrileña, que hace dos años decidió dejar Madrid e instalarse en Gijón. Continuaba ejerciendo su profesión de psicóloga con consultas online desde su piso del barrio de Montevil, lo que le permitía tener tiempo libre y disfrutar de sus nuevas amistades en Asturias, de sus clases de teatro, del senderismo y de los grupos de autoayuda y crecimiento personal que frecuentaba.
Se le perdió la pista el 8 de noviembre. No acudió a teatro y tampoco participó en una videollamada programada con sus familiares. La preocupación fue casi inmediata por una falta de noticias que no eran habituales en ella. Denunciaron su desaparición y dos días después su vehículo fue hallado estacionado en el Cabo Peñas, donde desde entonces se centró la búsqueda.
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El rastreo con la participación de los submarinistas del Grupo Especial de Operaciones, con base en Guadalajara, se retomará en la mañana de hoy y está previsto que se prolongue hasta aproximadamente las 4 de la tarde, como en la jornada de ayer. La familia aguarda en Madrid novedades que puedan paliar su desasosiego.
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