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Un bombero sujeta al delfín en el Puerto Deportivo de Gijón para trasladarlo y soltarlo al mar. José Simal
Si eres delfín, no vares en Gijón

Si eres delfín, no vares en Gijón

Lo ocurrido el jueves en el Puerto Deportivo fue la crónica de un rescate fallido; se tardó más de ocho horas en resolver qué hacer con el ejemplar que al final fue sacado a Peñarrubia donde «se sumergió y no volvió a aparecer en la superficie»

María Agra

Gijón

Sábado, 5 de abril 2025, 13:31

Dice el refrán que para muestra basta un botón. En este caso, un delfín en el Muelle de Gijón. Tras la odisea burocrática que condenó al ejemplar a pasar este jueves más de ocho horas –desde que el 112 recibió el primer aviso a las ocho de la mañana, hasta que dos bomberos y una veterinaria lo trasladaron a Peñarrubia a las cuatro de la tarde– nadando desorientado en el Puerto Deportivo, la solución del Principado fue llevarlo a mar abierto para analizar cómo reaccionaba.

Y así se hizo. Aunque en un primer momento no se autorizó a los agentes intervinientes a informar acerca del desenlance de la historia, la Consejería de Medio Rural y Política Agraria confirmó a EL COMERCIO que «soltaron al ejemplar frente a Peñarrubia, se sumergió por su propia naturaleza y no volvió a aparecer en la superficie», lo que les sugiere que «se fue nadando». Asimismo, aseguran que fue un veterinario quien, desde la consejería tomó la decisión de liberar al animal al no presentar ninguna lesión externa. «Antes de recurrir a la eutanasia había que intentar liberarlo», indican.

Sin embargo, el presidente de la Coordinadora para el Estudio y Protección de las Especies Marinas (Cepesma), Luis Laria, asevera tajante que «si el delfín se sumergió y no volvió a aparecer es que murió». Una actuación que, a juzgar por su experiencia, considera totalmente negligente. «No puedo entender que alguien de la administración, con un título de veterinario, se permita el lujo de coger un delfín, sacarlo del Puerto y llevarlo a Peñarrubia, que es la zona rocosa más problemática para que siga vivo».

Además, explica que «al cogerlo de esa manera es posible que muriera de un infarto por estrés», consecuencia de la mala praxis de «tirarse encima de un delfín que está mal y puede tener problemas de diversa índole».

8 horas.

  • El 112 recibe el primer aviso alertando de la presencia de un delfín en el Puerto.

11 horas.

  • Llega una patrulla de la Policía Local, dos agentes medioambientales del Principado y otros dos del Ministerio para la Transición Ecológica.

12 horas.

  • Envían vídeos del estado del animal al Principado a la espera de decidir qué hacer.

13.30 horas.

  • Sin respuesta, empiezan a valorar la eutanasia ante su dificultad para nadar.

14.30 horas.

  • Llega una veterinaria de Tragsa y llama a los bomberos para moverlo.

15 horas.

  • Llegan los bomberos y lo trasladan a Peñarrubia.

Copiar el modelo de Galicia

Hasta hace siete años, era un grupo formado por seis veterinarios y 50 voluntarios del Cepesma el que se encargaba de la red de varamientos en Asturias, que recuperó el mayor porcentaje de focas en el norte peninsular. «Hay que intentar recuperar a un animal si tiene posibilidades de vivir, pero si va a sufrir y morir hay que eutanasiarlo».

Un desencuentro con el Principado sacó a Cepesma de la ecuación y, desde entonces, Asturias carece de red de varamientos. «Tendríamos que copiar a Galicia, que sí la tiene pero no la lleva la Xunta, sino la Coordinadora para o Estudo dos Mamíferos Mariños», expone Laria, al tiempo que critica la falta de interés en el medio ambiente y la ausencia de ámbitos seguros para especies protegidas. «Si se pone una denuncia en la comunidad europea se les cae el pelo».

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