Le deja la llave del garaje para que lave sus coches y le acaba robando 100.000 euros

Los hechos ocurrieron en 2019. El procesado regentaba un taller de limpieza de coches y «por ese motivo conocía desde hacía unos cuatro años al denunciante, con quien entabló amistad y quien incluso le había invitado en alguna ocasión a su casa», según la acusación pública. El denunciante, quien poseía un concesionario de vehículos de segunda mano, «le encomendaba el lavado de coches que tenía aparcados en el garaje de su domicilio, para lo cual, y por la relación estrecha que tenían, le proporcionó un mando a distancia que accionaba el portón del garaje para que entrara y, tras coger la llave del coche que le dejaba en la parte superior de la rueda trasera, llevarlo a lavar y reintegrarlo más tarde».

«Fruto de esa relación, el acusado conocía que el empresario tenía un alto nivel económico, por lo que decidió aprovecharse de ello. Se hizo con una llave de su domicilio, sin que este lo supiera, llave maestra que abría la puerta, los trasteros del garaje y la puerta del portal, utilizándola para entrar en la casa aprovechando las fechas y horas en las que sabía que no había nadie», añade el escrito del ministerio fiscal.

Con ese modus operandi, supuestamente, entre julio y el 7 de noviembre, «entró varias veces en la vivienda y se apoderó de varios relojes, un teléfono móvil, un centro de planchado y una máquina de lavado, efectos que fueron vendidos por el acusado en un establecimiento de compraventa».

Durante esas 'visitas' al domicilio, se percató de la existencia de un armario-vestidor en una de las habitaciones con una caja fuerte de unos 30 kilos. El peso le impedía actuar solo, por lo que habría buscando ayuda. «El 5 de noviembre de 2019, a las 2.35 horas, el acusado y la acusada entraron con la llave, inspeccionaron la vivienda para posteriormente analizar cómo se iban a llevar la caja fuerte y regresaron la madrugada del día 9, la cogieron, la bajaron al garaje, la cargaron en el coche, consiguieron abrirla y se repartieron los 100.000 euros que había dentro», apunta la fiscalía.

La investigación policial iniciada tras la denuncia interpuesta por el empresario al percatarse del robo puso el foco sobre el dueño del taller de lavado, a quien acabaron reconociendo en la tienda de segunda mano como la persona que les vendió los relojes sustraídos. La acusación pública considera que los hechos relatados son constitutivos de un delito de robo con fuerza en las cosas. Para el acusado el ministerio fiscal aprecia además el agravante de abuso de confianza. Solicita una condena de cinco años de cárcel para el procesado y tres años de prisión para su compinche. Ambos deberán abonar de forma solidaria los 100.000 euros que presuntamente le robaron de la caja fuerte.