David Alonso deja Podemos para liderar Por Gijón, un nuevo partido de izquierda

Alonso se resistió ayer a dar excesivos detalles sobre el nuevo poyecto político de raíz ciudadana en el que se enrola, en el que está llamado a tener «mucha visibilidad» y con el que confía en retornar al Ayuntamiento como edil después del 26 de mayo. El formato podría ser el de una agrupación de electores, que solo concurrirá en el ámbito territorial de Gijón. «Me han pedido que participe y colabore en un proyecto de índole municipal integrado por todo tipo de gente de la sociedad civil; profesionales que hacen todos los días su trabajo para intentar el cambio y entre los que yo soy el único con pasado político», explicó.

Según ha podido saber EL COMERCIO, la decisión de abandonar Podemos la tenía tomada desde hace más de dos meses, ya que Por Gijón figura en el registro de partidos políticos del Ministerio del Interior con alta del 31 de octubre. Como sede social figura el domicilio conyugal de David Alonso en el barrio de Contrueces y la presidenta es la propia pareja del edil dimisionario, María de los Ángeles Blanco.

Sobre los motivos que le han llevado a renunciar al acta de concejal de Xixón Sí Puede, renunciando además a dar la batalla a Mario Suárez en las primarias, fue muy claro. «Dejo Podemos porque lo que en un principio fue un proyecto heterogéneo en el que muchos encontramos acomodo y tenían cabida diferentes sensibilidades hace ya tiempo que se ha convertido en un proyecto monolítico y homogéneo, y creo sinceramente que ha perdido la oportunidad de ser una herramienta de cambio real, al menos a nivel local», expresó.

Recalcó que se va por desavenencias con el proyecto político. «Gijón se merece que las decisiones se tomen desde Gijón, no desde Oviedo ni desde Madrid», afirmó Alonso, que el 1 de febrero se reincorporará a su puesto de trabajo en la empresa Tragsa.

En la decisión tomada de renunciar a su acta de concejal también ha pesado la decepción ante el funcionamiento del resto de partidos convencionales que, según remarcó, ha podido comprobar sobre el terreno. Su visión de la política es posibilista y pragmática -«un campo de juego de todas y todos desde el que se pueden cambiar muchas cosas»- y en la que no tiene cabida el que se primen los intereses partidistas de las siglas al interés general de los proyectos.

Visiblemente emocionado y agradecido (tuvo que interrumpir su discurso en varias ocasiones y echar mano de pañuelos de papel), Alonso reconoció que esperó a dar este paso a tener encauzadas tres cuestiones que han centrado su trabajo municipal en los últimos tres años y medio y se que se llevarán al pleno del 30 de enero: el Plan General de Ordenación (PGO), el convenio del plan de vías y el Área Metropolitana Central de Asturias. «Ser concejal ha sido el mayor honor que he tenido en la vida», afirmó con voz entrecortada por sollozos. Si Alonso sale elegido edil en las próximas elecciones municipales, además de fragmentar aún más el ya de por sí plural arco político gijonés emularía algo que no se ha vuelto a repetir desde el desaparecido José Manuel Palacio. El primer alcalde socialista tras la recuperación de la democracia abandonó las filas de su partido y fue elegido concejal en 1991 por la candidatura independiente de Unidad Gijonesa que él mismo fundo. Su aventura duró cuatro años.