Danza Xixón echa a volar

Los cuerpos se agarrotan y se revuelven, se estiran y se contraen, se arrastran por el suelo y emergen hasta alcanzar todos los recovecos del aire y del alma en Danza Xixón. El festival de baile echa a volar en la ciudad y bate sus alas hasta el 27 de octubre con cuarenta y cinco propuestas diferentes que permitirán conocer los lenguajes más actuales del movimiento. Veintidós compañías, de cinco países diferentes, extienden sus golpes de brazos y piernas por los escenarios del Antiguo Instituto, la Escuela de Comercio, el Jovellanos, el Teatro de la Laboral, El Huerto, Laboral Centro de Arte y las calles de Gijón.

En todos esos lugares se impondrá este tercer arte que tan pocas veces encuentra su espacio. Esta vez lo tiene y lo acapara con espectáculos galardonados como 'Naufragio universal', de Marco Vargas y Chloé Brûlé, Premio Lorca y Premio Escenarios. Sus protagonistas están desubicados y abocados a encontrarse, mientras que los de 'La gata que quería cambiar la historia', de Thomas Noone Dance, hablan de la confianza y la lealtad, ausentes en la vida salvaje.

Con la tradición gallega, llegará a la ciudad 'A raíz de', de Daniel Rodríguez, y 'Anónimos', de Rauxa, jugará con las posibilidades que ofrece el circo contemporáneo. Las utilizará a su antojo como hará Antonella D'Ascenzi en la poesía visual de 'Filar'. Sara Cano, en su 'Al son', mezcla feminismo y folclore y 'Mar o de cómo sobrevivir a un tsunami', hace una «casi tragedia, casi comedia».

Un poco de risa, un poco de pena, un poco de rebeldía, un poco de ternura, un poco de todo en esta programación que va más allá de los espectáculos e incluye talleres en el Antiguo Instituto para acercar a los aficionados al tango de Triana, para que investiguen y para que se acerquen los bebés a las sensaciones que despierta el movimiento.

Será una primera toma de contacto para los niños, pero también los adultos podrán experimentar con una actividad sobre las artes escénicas de la India; otras para conectar con el cuerpo; para sumergirse en el circo o para aprender a afrontar la muerte.

En todos los ámbitos de la vida tiene cabida la danza que, en este festival, también ofrecerá un jam (un encuentro de improvisación) de danzas urbanas y cuatro proyecciones que llevarán el baile a la gran pantalla.

Por último, hasta el 26 de octubre, el Antiguo Instituto albergará el espacio La Danzatería, donde los visitantes se encontrarán revistas y libros especializados sobre los distintos lenguajes en los que se expresan las artes en movimiento. Todos son fáciles de entender y, aunque a veces cueste atreverse a disfrutar la danza, merece la oportunidad: es solo sentarse y mirar. No hay nada que dar, solo recibir belleza e historias, a golpe de cuerpo, alma y sudor.

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